La teología nos dice que Jesús tuvo tres tipos de ciencia:
Jesús, pues, tenía una inteligencia brillante, intuitiva, clara, concreta, basada en la realidad, donde extraía los datos para su predicación. Era muy observador. Se fijaba en todo: en los lirios, en los pajarillos, en los campos, en las actitudes de los hombres. Sus ojos eran como una cámara de fotos.
(cont.)
Psicología y temperamento de Jesús.
Hay psicologías sanas, equilibradas, serenas, entusiastas, optimistas. Y hay psicologías enfermas, hipocondríacas, esquizofrénicas, megalómanas, amorfas, raras, depresivas, pesimistas, asustadizas y desequilibradas.
Hay temperamentos para todos los gustos: colérico, nervioso, apático, sentimental, apasionado, sanguineo, superficial, profundo.
¿Cómo era Jesús? Es un hecho: Jesús ha sido, es, y será un personaje excepcional desde todos los puntos de vista. Ha partido la historia en dos: antes de Cristo, después de Cristo.
A veces su modo de obrar es extraño, hasta el punto que sus mismos parientes creen que "ha perdido el juicio" (Mc 3, 21) y lo quieren llevar a su casa porque creen que compromete el honor familiar.
Los enemigos le acusan de estar poseído de un espíritu maligno, porque su obrar y doctrina rompen con los moldes recibidos del ambiente judaico (Mat 12, 24).
Otras veces su conducta parece un poco extraña: hace barro en el suelo con la saliva y unta los ojos de un ciego; o mete los dedos en los oídos de un sordo; o escribe con el dedo en el suelo o arroja airado a los mercaderes del templo. ¿No sufrirá una crisis nerviosa, no tendrá algún desajuste emocional o psicológico? ¿Quién es éste que quebranta el sábado, que come y bebe con pecadores? ¿Ha perdido los estribos?
Un maestro un tanto singular: un maestro que no tenía lugar físico donde preparar sus clases; no tenía escuela, no llevaba libros debajo del brazo. Ni casa donde dormir.
Hay psicologías sanas, equilibradas, serenas, entusiastas, optimistas. Y hay psicologías enfermas, hipocondríacas, esquizofrénicas, megalómanas, amorfas, raras, depresivas, pesimistas, asustadizas y desequilibradas.
Hay temperamentos para todos los gustos: colérico, nervioso, apático, sentimental, apasionado, sanguineo, superficial, profundo.
¿Cómo era Jesús? Es un hecho: Jesús ha sido, es, y será un personaje excepcional desde todos los puntos de vista. Ha partido la historia en dos: antes de Cristo, después de Cristo.
A veces su modo de obrar es extraño, hasta el punto que sus mismos parientes creen que "ha perdido el juicio" (Mc 3, 21) y lo quieren llevar a su casa porque creen que compromete el honor familiar.
Los enemigos le acusan de estar poseído de un espíritu maligno, porque su obrar y doctrina rompen con los moldes recibidos del ambiente judaico (Mat 12, 24).
Otras veces su conducta parece un poco extraña: hace barro en el suelo con la saliva y unta los ojos de un ciego; o mete los dedos en los oídos de un sordo; o escribe con el dedo en el suelo o arroja airado a los mercaderes del templo. ¿No sufrirá una crisis nerviosa, no tendrá algún desajuste emocional o psicológico? ¿Quién es éste que quebranta el sábado, que come y bebe con pecadores? ¿Ha perdido los estribos?
Un maestro un tanto singular: un maestro que no tenía lugar físico donde preparar sus clases; no tenía escuela, no llevaba libros debajo del brazo. Ni casa donde dormir.
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