viernes, 22 de junio de 2012

VELO DE LA MUJER







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El velo sobre la cabeza de la mujer es una costumbre muy antigua de los judíos que manifiesta sumisión y respeto a Dios. Al cubrirse la cabeza para orar la mujer se recoge para Dios y evita la distracción de cuidar su apariencia ante los hombres. El velo es un signo visible de una realidad invisible.

El velo se utiliza en la Iglesia desde sus inicios. San Pablo: "He ahí por qué debe llevar la mujer sobre la cabeza una señal de sujeción por razón de los ángeles" -I Corintios 11,10 ; "mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra su cabeza, siendo lo mismo que si se rapase." -1 Cor. 11,5. Ver también:  (1 Tesa. 2:15, 3:6). 
Las vírgenes consagradas toman a Jesús como esposo y llevan el velo como signo de fidelidad a El (Cf. 1 Cor 7,34). También las viudas que se comprometían a no casarse utilizaban el velo. Las que hacen profesión religiosa también se distinguen tradicionalmente por su velo. Generalmente el velo blanco distingue a las novicias, como a las novias. Apocalipsis 22,17: "El Espíritu y la Novia dicen: «¡Ven!»"
Según la antigua ley canónica la mujeres debían usar velo durante la misa. El Concilio Vaticano II no hizo ningún cambio respecto al velo. Sin embargo, el nuevo código de ley promulgado el 25 de enero de 1983 no hace mención del velo en la misa como lo hacía el anterior. Al dejar de ser prescrito por la ley eclesiástica para la misa, el velo quedó como una venerable tradición no obligatoria. Por lo tanto el velo no debe ser objeto de contienda o de juicios.

miércoles, 20 de junio de 2012

LA BESTIA Y EL 666



En Apocalipsis 13,18 se habla de una bestia cuyo nombre cifrado es 666.
La Biblia y en particular el Apocalipsis, utiliña los números en forma simbólica.
Hay varias interpretaciones sobre el 666. Según San Ireneo (Haer., V, xxx) representa la palabra "Lateinos" ya que el valor numérico de sus letras en griego suma 666 (30+1+330+5+10+50+70+200=666).  Otra posibilidad es que represente a Nerón Caesar , el terrible perseguidor de los Cristianos. Su nombre escrito en letras hebreas suma también 666.
En ambos casos, la bestia representa al perseguidor de los Cristianos.
Los adventistas acusan el Papa de ser la bestia, el 666
Acusan al Santo Padre de ser 
la bestia del 666. Para "probarlo", inventaron un título para el Papa: "VICARIUS FILLI DEI" (vicario del hijo de Dios), cuyas letras, en su equivalente de los números romanos suman el famoso “666”. Si tomamos en cuenta que la Iglesia Católica nunca ha utiliñado ese título para el Papa, es evidente que se trata de una trama maliciosa. El VERDADERO título del papa es, entre otros, VICARIUS CHRISTI es decir VICARIO DE CRISTO.
Pero quienes crearon la mentira han caído en su propia trampa. El "666" no le encaja al verdadero título del papa pero si aplica a lasegunda fundadora del adventismo, la Señora HELLEN GOULD WHITE, utiliñando la misma aseveración matemática que ellos utiliñan para el falso título del papa. 
 
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lunes, 18 de junio de 2012

Diferencias principales entre la doctrina cristiana y la reencarnación





Es alarmante que según algunas encuestas (AD 2004), el 34% de los católicos dicen creer en la reencarnación. Estos no se han enterado que hay diferencias fundamentales entre la revelación cristiana y la reencarnación.
  • La Resurrección. La fe cristiana se fundamenta en la resurrección de Jesucristo.  Nuestros cuerpos no serán ni reciclados ni aniquilados. El alma no pierde su identidad absorbiéndose en el cosmos. El destino final del hombre es la resurrección para el gozo de la vida con Dios para siempre en el cielo o la pena eterna de la separación de Dios en el infierno.
    La resurrección es muy superior a la reencarnación. Es cierto que algunas religiones narran sobre dioses que mueren y resucitan pero solo el cristianismo habla de un cuerpo gloriosamente resucitado y del poder para compartir esta nueva vida con otros. Los judíos no esperaban un Mesías que muriera y resucitara. Algunos tenían la esperanza de resucitar, pero no con cuerpos gloriosos sino en una resurrección análoga a la de Lázaro (Cf. Is. 26:19; Ez. 37:10; Dn 12:2).   
    Algunas filosofías y religiones han creído en la reencarnación o en la inmortalidad del alma apartada del cuerpo. Pero la fe en la resurrección solo se encuentra entre los cristianos.  
  • La naturaleza de Dios. El Dios de la revelación judeo-cristiana es personal, mientras que en la reencarnación se le percibe como algo impersonal, el Todo Cósmico de las religiones orientales.
  • El amor.  Un Dios impersonal no ama, no es Padre, entonces los hombres no  somos hermanos. Según los proponentes de la reencarnación los pobres son culpables de su miseria por males que hicieron en otras vidas. Como están pagando el karma, no se les debe ayudar.  Son una casta baja.  Jesucristo no solo nos enseña el amor a los pobres sino que el mismo se hizo pobre para darnos ejemplo.   
  • La victoria sobre el mal. El mal no es vencido por cada individuo expiando sus pecados por medio de transmigraciones a otras formas de vida. Los cristianos creemos que  Jesucristo pagó por nuestros pecados en la cruz y solo en El tenemos salvación. Nosotros cooperamos con nuestros sacrificios pero la salvación es un don.
  • La iluminación. Lo que constituye "iluminación"  para los cristianos es muy diferente al concepto reencarnacionista: Esta se consigue al conocer a Jesucristo, el Camino, la Verdad y la Vida, y recibiendo el Espíritu Santo, Espíritu de la Verdad enviado por el Padre y Jesucristo. 
  • El Tiempo. El concepto judeo-cristiano del tiempo y de la relación de Dios con el tiempo es totalmente diferente.  El tiempo para el cristiano no es un ciclo sin fin. Es lineal, teniendo un principio y un fin. Dios es el creador y Señor del tiempo.  Jesús es el "Alfa y Omega", principio y fin del tiempo. El hombre tiene un propósito que cumplir en el tiempo que tiene, según la voluntad de Dios. El Génesis nos habla del principio del tiempo. El Apocalipsis, del fin del tiempo: la segunda venida del Señor.  Después ya no habrá tiempo sino la eternidad, vivida en el cielo o en el infierno.
  • La Eternidad. Los cristianos no creemos que los hombres sean diluidos en el cosmos impersonal. Todo lo bueno se unirá en Cristo y será presentado al Padre "Que Dios sea todo en todos" (I Cor 15:28) pero nuestra individualidad, nuestra persona no se perderá jamás. Podríamos imaginarnos a los santos en el cielo como un precioso campo de flores. Al mismo tiempo cada flor es individual y preciosa en si misma.  Los redimidos por Cristo encontrarán su identidad plenamente en el cielo. Serán sanados y elevados a la plenitud de su ser.  Los santos están unidos por el amor y al mismo tiempo cada uno es precioso. 
El evangelio del amor y del perdón sobrepasa en grande la enseñanza cruel de la reencarnación con sus ciclos y karmas.  Dios tanto amó al mundo que envió a Su único Hijo para que el que crea en El tenga vida eterna.  
Fuente- Alan Schreck en inglés, artículo en New Covenant, V-1990 y varias otras.