sábado, 2 de febrero de 2013

Versiculo del Dia 2/2/13

Jesús dijo: "Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia." Juan 15, 18-21

Oración: Señor, estoy en este mundo pero no le quiero pertenecer a el, sino a Tí. A mi alrededor veo muchas cosas que quieren seducirme pero noto que mientras más cerca estoy de Tí, menos estas cosas me influencian. Antes, veía programas que me divertían, escuchaba chistes vulgares que me hacían reir, tenía amistades que me alejaban de Tí, y hasta me dejaba llevar más por el materialismo. Poco a poco, me has ayudado a depurar mi vida con o sin mi permiso. Poco a poco, veo las cosas mundanas de una manera diferente y cada vez me entusiasman menos. Hoy Te doy gracias porque veo claramente Tu mano en mi crecimiento espiritual. Sin Tí, sería imposible que yo fuera quien soy hoy. GRACIAS!!!!

viernes, 1 de febrero de 2013

Versiculo del Dia (2/1/13)


 Jesús dijo: "El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo." Marcos 4, 26-34

Oración: Señor, me entristece mucho esta sociedad en que vivo, pero por otro lado, soy optimista, viendo cada vez las iglesias más llenas y la gente cada vez más necesitada de Tí. Hay quienes Te rechazan pero también hay muchas personas sedientas de fe y de conocimiento de su fe. Hoy te pido por ellos. Hoy te pido que cada día crezca la fe en los corazones de aquellos que Te buscan y así mejore esta sociedad, para que nuestros hijos puedan vivir un mundo mejor del que vivo yo hoy.

¿Por qué hacer Apologética?:

www.frmaria.org
 
Los motivos para hacer frente a los que atacan a la Iglesia, a nuestra fe y a nuestros principios éticos, son, esencialmente, dos: la justicia y la gratitud.
 
La justicia, aunque tiene distintos apellidos –justicia distributiva, justicia conmutativa...- es esencialmente darle a cada uno lo que tiene derecho a recibir. En este caso, podríamos decir que debemos defender a la Iglesia porque tiene derecho a ello, porque tiene la verdad y la verdad tiene derecho a ser defendida de los ataques que sufre. Si no defendemos la verdad contenida en los enunciados doctrinales y morales de la Iglesia, cometemos una injusticia, pues dejamos que la verdad sea agredida y humillada por los que, no teniéndola, sí tienen sin embargo mejores aliados que propagan argumentos que o son totalmente falsos o, al menos, lo son parcialmente. Además, esta defensa de la Iglesia nos interesa a nosotros mismos, pues somos parte de ella; por mucho que pensemos que no va con nosotros o con los nuestros, todo termina por afectarnos; si nos callamos porque no queremos líos ni queremos tomarnos la molestia de poner freno a los que atacan a la Iglesia, puede ser que nosotros mismos y no la Iglesia –o uno de los nuestros- seamos la próxima víctima.
 
El otro motivo es la gratitud. La Iglesia es nuestra madre y en ella nos hemos encontrado con el Cristo vivo. Lo menos que podemos hacer por ella es salir en su defensa cuando es atacada desde tantos frentes, por unos –los laicistas- y por otros –las sectas-. La mejor forma de demostrarle a Dios nuestro agradecimiento por el don que representa la Iglesia, por el hecho de que en ella le podemos encontrar en los sacramentos y que ella nos transmite fielmente la doctrina revelada por Cristo, es salir en su defensa cuando nos necesita.
 
Esos motivos deberían ser suficientes para tomarse en serio la Apologética. Eso significa que no podemos pretender defender a la Iglesia sin la debida formación. Es cierto que no todos tienen a su alcance la posibilidad de cursar varios años de Teología, pero hoy hay muchos libros divulgativos, escritos con un nivel accesible, que se pueden leer y en los que se pueden encontrar los argumentos básicos para hacer frente a los ataques más habituales. Estos, por otro lado, no dejan de ser sólo un puñado, pues la mayoría de los que atacan a la Iglesia se mueve en un estrecho círculo de tópicos y casi todos ellos tienen menos argumentos de los que nosotros, con una lectura sencilla, podamos adquirir. Además, siempre está el recurso a la “autoridad” –como decir: yo de eso no sé, pero si quieres te presento a un sacerdote con el que podrás debatir ese tema si te interesa-, que debemos utilizar cuando no tengamos argumentos suficientes, sin que eso nos sirva de excusa para no adquirirlos.
 
No podemos seguir asistiendo impasibles a los ataques a la Iglesia o a las blasfemias contra Dios, la Virgen o los santos. Tampoco podemos limitarnos a mover la cabeza en señal de pesar, a criticar a los que lo hacen, a decir que alguien tendría que intervenir. Ese alguien es Dios y quiere hacerlo, necesita hacerlo, a través nuestro. Él se merece que nos tomemos el pequeño esfuerzo de prepararnos para conseguirlo.

jueves, 31 de enero de 2013

Versiculo del Dia (1/31/13)


Jesús dijo: "¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz." Marcos 4, 21-25

Oración: Señor, en ocasiones no me siento con las palabras adecuadas para compartir mi fe y siento que me van a atacar o se van a burlar de mí. Hoy te pido que a pesar de mi vida llena de defectos, yo pueda dar a quienes me rodean, una razón para creer y un deseo de pertenecerte.

miércoles, 30 de enero de 2013

Versiculo del Dia (1/30/13)



 Jesús dijo: "El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno."
 Marcos 4, 1-20)

Oración: Señor, honestamente a veces estoy "dormido" y no entiendo lo que quieres de mí. A veces me distraigo y no persevero en mi crecimiento espiritual. Pero Tu, Jesús, no te rindes conmigo. Insistes e insistes hasta que me haces entender. Y a pesar de todo lo que he vivido, aquí estoy....tratando de entenderte, escucharte y amarte como el primer día que me llamaste. Por esa insistencia Tuya, te doy gracias!

¿Cuándo hacer Apologética?:



 
En los primeros siglos del cristianismo, en aquel contexto pagano o judío en el que se desenvolvía y desarrollaba nuestra fe, la Apologética se ejercitaba en los foros de debate intelectual –los ateneos, las academias, las sinagogas- y sólo más tarde –y con menos rigor ideológico- se extendió al resto de los ambientes –la familia, el trabajo, los amigos...-. En nuestra época, tan parecida a aquella en muchas cosas, tenemos que volver a recuperar la presentación de nuestra fe en ambos ámbitos: los nuevos areópagos –los medios de comunicación, las universidades- y los clásicos –desde el hogar hasta los puestos de trabajo-. Hoy es tan necesario como entonces formar a los católicos en los principios y argumentos básicos de la Apologética, en parte para que ellos no duden de su fe y en parte para que puedan intentar convencer a otros.
 
Sin embargo, no hay que olvidar que, por un lado, la Apologética es “defensa” y eso condiciona el momento de su ejercicio –no hay que ser los primeros en sacar los temas conflictivos, sino esperar a que sean los otros los que los saquen- y, por otro, que con argumentos, por muy bien trabados que estén desde el punto de vista intelectual, difícilmente se va a convencer a nadie o se le va a introducir en la Iglesia. La fe se puede argumentar, justificar y defender, pero no suele ser ese el camino por el cual llega al corazón del hombre, por el cual se produce la conversión. Por eso es imprescindible acompañar la Apologética con la oración y con el testimonio de una vida coherente con lo que se defiende.
 
Por otro lado, y siempre con respecto al “cuándo hacer Apologética”, hay que aprender a distinguir los momentos en que estamos siendo atacados y lo que hay detrás de los que nos atacan, con el fin de actuar de una manera o de otra. Por ejemplo, no es lo mismo responder a una crítica contra la existencia del Dios-Amor basándose en la existencia del sufrimiento humano cuando esa crítica la hace un compañero de trabajo cargado de anticlericalismo, que cuando la hace una persona que está profundamente herida por la muerte de un hijo. En un caso habrá que contestar con argumentos y en el otro quizá convenga guardar un respetuoso silencio o decir al que se está desahogando que más adelante ya hablaremos sobre el asunto.

www.frmaria.org
 

martes, 29 de enero de 2013

Versiculo del Dia (1/29/13)


"Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad." (Hebreos 10, 1-10)

Oración: Señor, aquí estoy!!! Enséñame no solo a hacer Tu Voluntad, si no a aceptarla.

lunes, 28 de enero de 2013

Versiculo del Dia (1/28/13)


Jesús dijo: "Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido." (Marcos 3, 22-30)

Oración: Señor, a veces mi corazón ha estado dividido. A veces el bullicio del mundo, no permite que yo me enfoque completamente en Tí y me dejo llevar por las corrientes superfluas de la sociedad. Quiero que mi corazón Te pertenezca por completo. Quiero ser Tuyo, sin condiciones. Ayúdame a mantener mi vista fijada en Tí.

¿Cómo hacer Apologética?:



La Apologética, debido a su naturaleza defensiva, tiene una dificultad de origen: el peligro de la agresividad. Responder a los que atacan sin recurrir a sus métodos no es fácil y, sin embargo, ahí reside buena parte de la fuerza católica: no hacer el mal a quien nos hace el mal, no responder con insultos a los que nos insultan, no pagar a nadie con la misma moneda del odio con que ellos nos pagan. La Apologética, pues, tiene que estar dominada siempre por la paz, por la exposición pacífica y razonada de argumentos, de datos, de testimonios, de experiencias vitales. Como toda defensa –basta con pensar en lo que es un partido de fútbol-, su primer objetivo es que los fieles católicos no tengan la impresión de que sus planteamientos de fe o de moral son ridículos, anticuados e incluso irracionales -volviendo al símil del partido de fútbol, el primer objetivo es que no te metan goles-, evitando así la fuga de esos fieles a las sectas o al laicismo ateo. Sólo en un segundo momento –que hay que procurar que llegue- se intentará convencer al que ataca de que nuestro planteamiento es mejor que el suyo –se intentará meter un gol en la portería contraria-. Así, pues, la Apologética tiene dos objetivos: uno dirigido a los propios católicos, para reforzar sus convicciones y ayudarles a que las defiendan con los necesarios recursos intelectuales, y otro dirigido a los enemigos de la Iglesia para hacerles ver que no tienen razón y que los planteamientos de la Iglesia son más correctos, más humanos, más verdaderos que los suyos.
 
El carácter defensivo de la Apologética exige –salvo que se quiera ir a una especie de suicidio anunciado- que se establezcan unas mínimas reglas de juego en el debate. Una de ellas es la racionalidad de los argumentos y la exclusión de la agresividad. Otra –por ejemplo, de cara al diálogo con las sectas- es la utilización de unos instrumentos aceptados por todos, como es el caso de las traducciones bíblicas. Así mismo, es preciso dejar claro que los juicios sobre los hechos históricos deben hacerse a la luz de los criterios de valoración moral que había cuando esos hechos se produjeron y no a la luz de los criterios que tenemos hoy –como cuando se tratan temas como el de la Inquisición o las Cruzadas-. También hay que dejar claro que los comportamientos erróneos de algunos miembros de la institución no deben ser achacados al conjunto de los que pertenecen a ella, salvo que procedan directamente de sus enunciados teóricos –si la Iglesia predica la castidad y un cura comete un pecado de pederastia, la Iglesia no es responsable-. A la vez, hay que pedirle a los que atacan que acepten que ellos pueden ser, a su vez, atacados -como cuando se le plantea a un laicista que se burla de la fe en la existencia de Dios la existencia en él de una incongruencia al no poder demostrar que Dios no existe-.

www.frmaria.org
 

domingo, 27 de enero de 2013

Versiculo del Dia (1/27/13)


 “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Lucas 1, 1-4; 4, 14-21

Oración: Señor, El Espíritu Santo nos llama a cada uno de nosotros a proclamar Tu palabra. Lo debemos hacer siempre: en el ámbito de trabajo, estudio, en nuestro hogar, con nuestra familia y hasta amistades. Enséñame a no perder estas oportunidades: escuchando a otros, perdonando a quien me haya herido, comfortando al necesitado pero más que todo, siendo ejemplo de vida cristiana.