miércoles, 11 de mayo de 2011

Crecimiento espiritual para niños: Un reto para los padres #2


¿Dónde empezar?
Comprométase fuertemente con Dios.

Enséñele a sus hijos a desarrollar relaciones saludables con otros. 
Si quiere que sus hijos tengan buenas habilidades para relacionarse, debe darles un modelo. El mejor modelo es su matrimonio. A pesar de toda la evidencia de efectos negativos que deja el divorcio en los niños, las tasas de divorcio continúan incrementando.

Disciplina.
 Esto es lo que el Dr. Dobson dice en su libro El Nuevo reto hacia la disciplina:
Cuando se aplica con amor, ¡la disciplina funciona! Estimula un afecto tierno, que es posible por el respeto mutuo entre un padre y un hijo. Cierra la brecha que a veces separa a los miembros de una familia que deberían amarse y confiar unos en otros. Le permite al Dios de nuestros antepasados a presentarse a nuestro hijos. Les permite a los maestros a lograr el trabajo para el cual fueron comisionados. Insta a los niños a respetar a otros y a vivir responsable y constructivamente. 

Preséntele El Salvador a su hijo. La razón por la cual Dios ordena a los padres a enseñarles a su hijos Sus leyes es porque nadie puede reflejar el amor de Dios y su propósito a sus hijos mejor que los padres.

Prepare a sus niños para ser personas influyentes en el mundo.
 Aunque sea fácil enfocarse en los beneficios financieros de una buena educación, a veces perdemos de vista la prioridad de Dios. Dios no nos convoca a la riqueza (aunque a veces algunos lleguemos a tenerla); nos convoca al servicio. Cuando sus hijos se introduzcan al mercado laboral como contadores, madres y amas de casa, soldados o constructores, ellos deben saber que su profesión está relacionada a la convocatoria primordial: ser embajadores de Cristo.

Inste a otros padres a actuar por sus familias.
 Inste, enseñe y capacite a otros a ser padres. A las familias que están muy ocupadas  les cuesta encontrar tiempo para cada cosa que se espera de ellos estos días. Pero la buena noticia es que no hay forma de equivocarse si reza con su familia. Ni tampoco puede fracasar si les enseña las Escrituras o las habilidades de la vida. El truco es priorizar sus responsabilidades como padre, y tenga una fuerte intención.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario