martes, 10 de mayo de 2011

Crecimiento espiritual para niños: Un reto para los padres #1

Sus hijos representan almas eternas en necesidad de salvación, y usted tiene un rol en asegurar que ellos conozcan a Dios.
Jim Mhoon
Traducido por Raquel Alvarado para Enfoque a la Familia
Recuerdo aquel día cuando, siendo un padre joven, me desperté durante la noche y me di cuenta, mi hija depende completamente de mí para satisfacer sus necesidades. En ese momento yo tenía 24 años, apenas lograba pagar mis cuentas y estaba empezando a aprender sobre la vida.
Y luego me llegó otro pensamiento que aumentó mi ansiedad: Ella es un alma que debe llegar a conocer a Dios y la vida eterna. ¿Estoy listo para esto? ¿Qué he hecho?
Esta pregunta es primordial para los padres. Nuestros hijos tienen almas eternas en necesidad de salvación, y nosotros tenemos un rol importante para asegurar que ellos conozcan y amen a Dios. Muchos padres entienden esta realidad claramente.
Pero muchos otros padres no parecen entender las preguntas eternas sobre sus hijos. Sus acciones son pasivas y distraídas. No saben articular qué están haciendo, o cómo están asegurando que sus niños conozcan a Dios. Le abdican su responsabilidad  a la iglesia (como si una hora por semana cada domingo fuera la solución.) En resumen, carecen de una visión para sus hijos y no han logrado prepararlos para el futuro.

Mirando hacia adelante
Los padres deben establecer una visión para sus hijos. ¿Quiénes serán cuando crezcan? ¿Servirán a Dios? ¿Serán capaces de amar a otros? ¿Estarán capacitados para transmitir un legado espiritual?
Había una época en que los padres entendían lo que estaba en juego. Sabían que estaban estableciendo un legado de fe que perduraría por generaciones, eventualmente acaparando miles de personas en su árbol genealógico. Pero hoy, me temo que hemos perdido la perspectiva sobre el tiempo, y tendemos a vivir nuestras vidas en relación a nuestra familia inmediata y nuestras ambiciones personales.
Quizás por eso es que hay una epidemia de divorcio, padres que abandonan a sus familias y padres que priorizan sólo aquellas cosas que les dan a sus hijos una ventaja competitiva en la vida. Este es mi reto para los padres: Enséñeles a sus hijos acerca de Dios. Edúquelos según los Proverbios. Llévelos a satisfacer los Mandamientos de Dios; convóquelos a la Gran Comisión.
Para lograr esto, primero capture una visión divina para su familia, y luego siga agresivamente Su llamado en sus vidas.
(cont.)

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