Representación del nacimiento de Jesús
Como comenzó la tradición de hacer un Belén.
La Encarnación es central en la espiritualidad de San Francisco de Asís. El quiso que la gente comprendiera el amor de Jesús y cómo vino al mundo. En la Navidad de 1223 el santo hizo una representación viviente del nacimiento de Jesús. Preparó un establo e invitó a personas del pueblo para hacer una representación con personas de verdad, con un verdadero pesebre y animales. Le llamo “crèche”, que es "cuna" en francés. La gente del pueblo, hombres, mujeres y niños vinieron con antorchas encendidas. Una vez más, pastores vinieron a adorar al niño. Esta devoción fue relatada por Tomás de Celano.
La Encarnación es central en la espiritualidad de San Francisco de Asís. El quiso que la gente comprendiera el amor de Jesús y cómo vino al mundo. En la Navidad de 1223 el santo hizo una representación viviente del nacimiento de Jesús. Preparó un establo e invitó a personas del pueblo para hacer una representación con personas de verdad, con un verdadero pesebre y animales. Le llamo “crèche”, que es "cuna" en francés. La gente del pueblo, hombres, mujeres y niños vinieron con antorchas encendidas. Una vez más, pastores vinieron a adorar al niño. Esta devoción fue relatada por Tomás de Celano.
Aquella idea gustó y empezaron a hacerse representaciones por toda Italia. En los siglos XIV y XV en la ciudad de Nápoles empezaron a hacer las primeras figuras que representaban el nacimiento de Jesús.
Hoy día el tradicional Belén se representa en todos los países donde hay cristianos. El nacimiento puede ser bendecido por un sacerdote. Hay una tradición en que los niños ponen una paja en el pesebre (o en el establo si el nacimiento es pequeño) cada día, representando así una buena obra que le ofrecen al Niño Dios.
Hoy día el tradicional Belén se representa en todos los países donde hay cristianos. El nacimiento puede ser bendecido por un sacerdote. Hay una tradición en que los niños ponen una paja en el pesebre (o en el establo si el nacimiento es pequeño) cada día, representando así una buena obra que le ofrecen al Niño Dios.
San Francisco comprendió que la pobreza de la Sagrada Familia era una invitación a renunciar a los apegos materiales e imitarle en una auténtica sencillez evangélica. Sólo así podemos ser sinceros cristianos.
Las familias, postradas ante el pesebre, adoran al Niño Dios como lo hicieron los pastores. Le piden su presencia continua para ser una familia como la Sagrada Familia.
Hoy tú puedes dar a conocer el amor de Dios haciendo un Belén cada Navidad. Que todos recuerden la humildad de Dios, su misericordia y perdón.
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