miércoles, 10 de agosto de 2011

Permisos para fiestas para adolescentes

Recomendaciones:

1.Los permisos deben ser "progresivos”:
 Lo ideal es iniciar con pequeñas salidas para evaluar la respuesta del joven al cumplimiento de las condiciones que se acordaron al conceder el permiso. En este sentido es recomendable evaluar el cumplimiento en otras áreas que implican responsabilidad en la vida del joven. Por ejemplo: lo académico (¿es responsable con sus deberes?), o la social (¿es capaz de regular sus emociones? ¿puede ponerse a sí mismo límites, e identificar situaciones de riesgo?).

2.Respetar las necesidades del resto de los miembros de la familia: Se debe inculcar en los menores la importancia de reconocer las necesidades de los demás miembros de la familia, sobre todo en esta etapa de su desarrollo en la que sienten que todas las circunstancias giran a su alrededor.  Por ejemplo, la hora de llegada, si se retrasan sin previo aviso, preocupan a sus padres, tíos o abuelos que, a causa de la preocupación trasnochan afectando su descanso y su rendimiento al día siguiente; o al ver en sus padres un taxi a sus servicios las 24 horas al día, olvidando que los demás miembros de la familia también necesitan trasladarse.

3.Desarrolle un acuerdo tan pronto como su hijo/a sea capaz de salir solo: Especifique claramente en el acuerdo cada detalle de lo permitido y lo no permitido, al punto de poner cantidad de segundos o centímetros, ya que cada pequeña fisura o imprecisión puede ser excusa para quebrantarlo. Del mismo modo sea detallado al explicar las repercusiones de no cumplir con lo establecido. El contrato puede contener:
-Hora de llegada.
-No tomar bebidas alcohólicas, ni utilizar cigarrillos, drogas, ni ninguna otra sustancia que altere el comportamiento.
-No abordar un automóvil con desconocidos.
-No abordar un automóvil con personas que hayan ingerido bebidas alcohólicas u otras sustancias, etc.

4.Nunca negocie una excepción al permiso cuando su hijo/a está lejos de casa: No lo deje quedarse a dormir en la casa de algún amigo si no le pidió con anticipación dicho permiso y se haya asegurado que serán supervisados por un adulto responsable. Los cambios de último minuto son por lo general peligrosos. Los padres y madres tienen derecho a unos minutos de tranquilidad al tomar la decisión, para evaluar si dan o no el permiso. No se deje presionar.

5.Conocer a los otros padres o encargados: 
Un buen hábito es conocer a los padres, o responsables, de los amigos de nuestros hijos e hijas. Esto nos permitirá indagar los valores de su familia, sus costumbres, además de brindarnos la oportunidad de evaluar su confiabilidad. A la larga, podemos encontrar en ellos y ellas un equipo que colabore a salvaguardar la integridad y bienestar de los menores, que si bien están creciendo, necesitan todavía de cuidado y consejo.
Para finalizar, es importante mencionar que este proceso de dar más confianza y responsabilidad a nuestros hijos e hijas con sus salidas, tiene implícito el tema de la disciplina y el manejo de límites. Cómo se hayan construido estas áreas desde la infancia, influye en sus respuestas ahora de adolescentes. Por lo que si los requerimientos especiales de su familia se salen de los consejos facilitados en este documento, y valora que van más allá de una negociación saludable, presentándose problemas como: irrespeto, agresión, indisciplina, desafíos a la autoridad más allá de lo tolerable; es recomendable buscar ayuda profesional. De esta forma se exponen las particularidades del caso y se procura una mejoría significativa de la familia.

Bibliografía.
Michael Rivera, Más amigos que enemigos. Editorial Norma. 2004.
Pablo Mier y Terán Sierra. Panorama Editorial. 1995

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