Hermanos: Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él. Ahora bien, ¿cómo van a invocar al Señor, si no creen en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír hablar de él, si no hay nadie que se lo anuncie? ¿Y cómo va a haber quienes lo anuncien, si no son enviados? Pablo a los Romanos(10, 9-18)
Oración: Señor, siempre he pensado, cómo puedo hablar de Tí sino hablo Contigo? Cómo puedo creer que soy un hijo tuyo si mi vida no lo demuestra, pues sigo mis malas mañas, mis convicciones y no te sigo a Tí? Para hablar de Tí, tengo que orar contigo, tengo que conocerte, tengo que amarte y seguir Tus enseñanzas. De otra manera, para qué decir que soy un cristiano? Eso sería una hipocrecía, pues mi vida no reflejaría mi cristiandad.
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