Las llagas bucales, también llamadas aftas, se caracterizan por la aparición de ampollas, con un centro amarillo o blanco grisáceo y poseen un borde rojo bien definido, miden de tres a cinco milimetros en su diámetro y aparecen en la superficie interna mucosa de los labios o mejillas.
Además de todo esto, también pueden manifestarse en el paladar blando, suelo de la boca o en los bordes de la lengua, que se convierten en leves ulceraciones, que acaban desapareciendo, sin dejar señal alguna.
Las aftas curan por sí solas, en un promedio de 7-10 días; pueden llegar a muy dolorosas, interfiriendo con el habla o con la alimentación. Se recomienda evitar los alimentos muy calientes, picantes, ácidos, salados o alimentos que contengan aristas, porque pueden agravar los síntomas, ; controlar la tensión y cepillarse cuidadosamente los dientes, para no dañar más la zona.
Aunque es un remedio doloroso, suele ser y da buenos resultados. Este último consiste en colocarse mostaza molida sobre la llaga, tres veces al día, o tomar té de salvia, endulzado con miel, tres veces al día. También el aloe vera, es otra solución contra las aftas, que consiste en dar ligeros toques sobre la zona afectada o bien incluir el gel en el agua y hacer enjuagues bucales.
Se pueden realizar dichas limpiezas con infusión de el zumo de limon en medio vaso de agua y enjuagar la boca inmediatamente.
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