Si es el mal, vendrá y luego se irá. Si es el bien, se quedará. El mal se queda cuando nos ponemos en su camino y entablas relación con el.
Cuando el mal está dirigido a tí, mantente fuera de su mira y déjalo pasar. Es el tiempo para orar. Pueden haber ocasiones, que seguro, cuando confrontamos el mal de frente (lo único necesario para que el mal triunfe es buenos hombres que no hacen nada)--pero frecuentemente cuando la oscuridad nos rodea, es mejor dar un paso atrás y dejarla pasar como a menudo lo hace.
Lo mínimo que se debe hacer es orar o tomar acción.
A menudo el mal llega con una persona todo "pomposa". Usualmente, es alguien cerca de nosotros y frecuentemente en nuestro lugar de trabajo o incluso en nuestra familia. Es una persona que se imagina que le hacen desaires. Es una persona que se resiente por todo y alrededor de ella hay que caminar con mucho cuidado pues todo lo molesta. Es aquella persona que culpa a TODO el mundo por su dilema.
Puede ser una persona que ataca símplemente porque el o ella está trabajando por una oscuridady por tanto, quiere atacar la luz alrededor tuyo. Esta persona tiene un espíritu de rabia y puede irritarse por todo. Siempre te acusa de algo que no has hecho. Casi nunca tienen nada bueno que decir de nadie. Arruinan las ocasiones especiales. Sientes su aguijón en sus acciones, palabras o emails....así que discierne sobre esto.
Te puede insultar. Puede ser antipático o indiferente contigo. Tratará de hacerte ver como "el malo" del paseo aunque tu no has hecho nada.
Ignóralo, no tomes de ese resentimiento. No toques ese veneno. Ellos quieren que tu compartas su "malestar".
Siempre hay la tentación de vengarse cuando alguien es injusto con uno y es real que su oscuridad debería ser sacada a la luz. No se debería permitir que haga daño. No es bueno dejar que el mal festeje.
Pero solo toma acción cuando consultes con Dios en profunda oración.
El mal siempre te hace creer que es más grande de lo que es.
Cuando nos ponemos en su paso, pincha, y trata de meterse debajo de tu piel. Piensa en la cantidad de veces que has discutido con alguien que obviamente está equivocada y como te sentiste frustrado con esa persona. Símplemente empeoró la situación. Las palabras sirvieron de algo? El discutir convenció a esta persona y le permitió ver su error?
La única respuesta es el silencio o una conversación muy medida. Entonces DIOS intervendrá, en el momento preciso. Igual lo hará María, Nuestra Madre.
Reaccionar con agresividad es un ERROR porque alimenta con gas las llamas de la rabia. Además te convierte en un blanco más grande y apetecido.
Evita las espinas y las flechas. No hables con el demonio(solo para botarlo). Toma acción, solo después de mucho discernimiento y contemplación.
Es después de la contemplación y oración profunda que nos fortaleceremos!! Y serás formidable. El mal se convierte en su propio blanco....Pasará...y explotará como un globo de cualquier pinchazo.
Busca a Jesús y espera.
Si Dios está contigo, quién está en tu contra?
La respuesta es: "NADIE!" :)
Resumido y traducido de Spirit Daily
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