La Sábana Santa revela datos desconocidos en tiempos medievales. En el siglo XIV, la iconografía tenía un ínfimo desarrollo del realismo anatómico. Además todas las imágenes de la época demuestran que se desconocían los elementos históricos y arqueológicos sobre la flagelación y la crucifixión según se hacía en el siglo I. Sin embargo se ha podido demostrar que el Sábana Santa no sigue la iconografía medieval sino que muestra estos elementos con suma precisión tal como corresponden al tiempo de Cristo.
Por ejemplo, que Cristo no cargó con toda la cruz, sino sólo con el madero horizontal («patibulum») y que no lo clavaron por las palmas y sino por las muñecas. Estudios han demostrado que un cuerpo colgado por las palmas se desgarraría mientras que uno clavado por las muñecas se sostiene. Mientras que en tiempos medievales representaban la corona de espinas en forma de aro horizontal sobre la frente, la Sábana Santa revela que las espinas fueron impuestas en forma de casco.
Para lograr una semblanza perfecta, como la impresa en el lienzo, en caso de que la Sábana Santa fuera medieval, se requeriría que se martirizara a una víctima, la sometiera en vida a setecientas heridas y que una vez muerta, le traspasaran el corazón con una lanza.
Pero además se requeriría que la víctima tuviera un rostro perfectamente afín con las decenas de iconos de Cristo difundidos en el arte bizantino desde el siglo VI. La afinidad del rostro de la Sábana Santa y los antiguos iconos ha sido documentada por Giovanni Tamburelli en el año 1989, quien encontró muchos puntos de congruencia de tal manera que habría que pensar que la faz del lienzo fue el prototipo para la iconografía cristiana primitiva (en cuanto a las características del rostro. Ya hemos visto que no pudieron copiar los detalles anatómicos).
El tejido del lienzo, envolvió un auténtico cadáver durante un período de 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes calcadas sobre el lino por contacto. Exámenes minuciosos conducidos por médicos han asegurado además que se trata de una perfecta imagen de un cuerpo humano, torturado por la corona de espinas, azotes, la cruz, traspasado por la lanza... Los efectos naturales de esos tormentos sobre un cuerpo humano están claramente manifiestos de tal forma que sería imposible de imitar y menos sin las técnicas modernas.
Está científicamente reconocido por todos los expertos de todas las tendencias que, independientemente de que la Sábana haya sido o no utilizada para envolver el cuerpo de Cristo en el siglo I, se trata de un caso arqueológico único en el mundo. Hoy día el lienzo es estudiado por treinta disciplinas diferentes.
La teoría que explica mejor el origen de la imagen es la de una radiación no penetrante que se atenúa al pasar el aire y que disminuye con la distancia. En la tela, tratada con áloe y mirra, se imprimieron los rasgos del cuerpo como si se tratara de una plancha fotográfica. Esto explica su carácter tri-dimensional.
La radiación sobrenatural del momento de la resurrección puede ser la causa misteriosa de la impresión de la imagen del cuerpo en el lienzo. En ese caso se trata de la verdadera imagen de Cristo en el momento preciso que su cuerpo va a resucitar. Semejante radiación explicaría la dificultad de los científicos en descubrir su origen, ya que se trata de algo sobrenatural. También explica el fallido resultado de la prueba de carbono ya que esta no tomó en cuenta los efectos de la radiación en el lienzo.
(final)
Como le dijo JESÚS al apóstol TOMÁS: "porque has visto, has creído. Y no, seas incrédulo sino creyente." Tomás el Dídimo (gemelo) fue el antecesor de René Dsscartes, el de ls "duda metódica."
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