lunes, 7 de marzo de 2011

La Castidad IV

La fuerza para lograr la castidad es Cristo

Cardenal Stafford
«Muchos de cuantos aún están influenciados por las teorías mecanicistas del siglo XIX piensan que las enseñanzas de la Iglesia sobre lo relativo a la virtud son horribles, y en particular rechazan sus enseñazas sobre las virtudes de la castidad y de la pureza. Se burlan de la observancia del sexto mandamiento como causa de perturbaciones emocionales, afirmando incluso que es repugnante y contraria a la naturaleza».
El cardenal afirma que el Misterio Pascual de Cristo y el Bautismo de cada uno proporcionan la base y la motivación para la práctica de la virtud de la pureza y de todas las demás virtudes.
«San Pablo enseñó exactamente la misma norma cuando escribió: “Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús (...) a que viváis para agradar a Dios, según aprendisteis de nosotros, y a que progreséis más... Porque ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; que os alejéis de la fornicación”(1 Ts 4, 1-3)».

«En todo el Nuevo Testamentola práctica de la virtud estaba basada en la manifestación del eskaton, esto es, en la obra de salvación de Jesús a través de Su muerte y resurrección»
«Santa María Goretti (mártir) percibió que la pureza está íntimamente ligada a la dignidad del cuerpo humano. Era consciente de que la Iglesia enseñaba que el cuerpo debía resucitar glorioso. En unión con la Iglesia profesaba todos los domingos: “Creo en la resurrección de la carne (del cuerpo)”. Dio testimonio de este misterio: que la Encarnación y Resurrección de Jesús constituyen las verdaderas leyes de la naturaleza, de la carne y del físico»

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