Simón Pedro le dijo:
“Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?”
Jesús le replicó:
“Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde”.
Pedro le dijo:
“Tú no me lavarás los pies jamás”.
Jesús le contestó:
“Si no te lavo, no tendrás parte conmigo”. Entonces le dijo Simón Pedro: “En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”. Juan (13, 1-15)
Oración: Señor, el hombre está lleno de contradicciones.
Es común poner un problema en Tus manos y luego salir al mundo todavía con el peso del problema en mis hombros. De igual manera sucede con el perdón. Perdonamos a otros pero nos cuesta mucho trabajo perdonarnos a nosotros mismos y mucho menos aceptar Tu perdón. Enséñame Jesús!
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