Griten de alegría, cielos; regocíjate, tierra; rompan a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y tiene misericordia de los desamparados. Sión había dicho: ‘El Señor me ha abandonado, el Señor me tiene en el olvido’. ¿Puede acaso una madre olvidarse de su creatura hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas?
Aunque hubiera una madre que se olvidara, yo nunca me olvidaré de ti” Isaías (49, 8-15)
Oración: Señor, lo principal es que Tu me amas. Me amas como si yo fuera tu hijo único aunque sé que no lo soy. Y si Tu me amas, de qué me puedo preocupar? Poniendo toda mi vida en Tus manos, estoy seguro que al final, todo saldrá bien. Enséñame hacer esto pues es algo que me cuesta mucho trabajo.
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