viernes, 4 de marzo de 2011

La Castidad VIII


«La castidad protege vuestro futuro amor. Los jóvenes que han sabido estar a la altura de su deber son los que sabrán después estar a la altura de su amor. El amor conyugal, les va a exigir entrega, generosidad y sacrificio, y ellos ya traen un buen entrenamiento en todo esto.
»Además, el mejor regalo que podréis haceros unos esposos es el de un cuerpo y un alma íntegros.
»La castidad juvenil es un esfuerzo. Pero es un esfuerzo que lleva consigo una recompensa inmensa.
»Un esfuerzo que va reforzando y madurando tu personalidad. Es un esfuerzo que lleva consigo una profunda alegría. Un esfuerzo que comprenden y practican los que saben qué es el amor».
 -ROBINSON: Educación sexual y conyugal, 1ª, III, 12. Ed. Mensajero. Bilbao. Precioso libro que deberían leer todos los jóvenes a partir de los 18 años. Informa admirablemente de todo lo que deben saber los jóvenes y los esposos sobre la vida sexual.
Los jóvenes reciben de la oración «fuerza y entusiasmo para vivir con pureza y realizar su vocación humana y cristiana con un sereno dominio de sí y con una donación generosa a los demás».
-Sagrada Congregación para la Educación Católica: Orientaciones educativas sobre el amor humano, nº 46
El mundo se ríe de la pureza y de la castidad, como si se tratara de cosas trasnochadas y pasadas de moda.
El mundo dice: «Hay que darse el máximo de satisfacciones en la vida».
Pero Cristo dice: «Véncete a ti mismo, toma tu cruz, procura entrar por la puerta estrecha».
Mateo, 16:24. El mundo dice: «¡Hay que liberarse de viejos tabúes!».
Pero Cristo dijo: «Bienaventurados los limpios de corazón».
 Mateo, 5:8 
El mundo dice: «El amor no es pecado. Lo que se hace por amor es bueno». Pero la Biblia limita las relaciones sexuales al matrimonio: «Absteneos de la fornicación» «Dios juzgará a los fornicarios y a los adúlteros».
1Tes, 4:3

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