lunes, 24 de enero de 2011

Yoga: mucho yo y poco Jesús

Eduardo Zúñiga
En muy pocas palabras quisiera agregar algo a la publicación de P. Manjackal Por qué el yoga es incompatible con el cristianismo e intentar dar otro poquito de luz al respecto.

Vázquez Borau dice que intenta ser cristiano católico y me parece excelente, pero creo que hay algo que tal vez no tenga muy claro con respecto a la fe cristiana.  Esto es, que nuestra oración, nuestro silencio interior, nuestra contemplación, nuestra vida entera debe tener por centro a Cristo y no a nosotros mismos.  Nuestra fe y vida gira en torno al Señor Jesús.  Él es nuestro Camino, Verdad y Vida.

Lamentablemente, el yoga es una práctica que te lleva a girar en torno a ti mismo. Las técnicas de silencio, de concentración, de aquietarse uno mismo, de dominarse a si mismo (espíritu y cuerpo) están basadas -y esto lo debe tener muy claro en estos 40 años- solo en el esfuerzo personal y en el poder que tú puedas ejercer sobre ti mismo. 
 
En la práctica de yoga el supuesto "silencio interior" es sobre todo un "dejar la mente en blanco" y "vaciarse" de las cosas externas, pero en ello no hay acción directa del Espiritu Santo.  Es tu propio esfuerzo quien te ayuda a controlarte, dominarte, relajar tu ser.  Hay todo un tema de control mental en ello.

La oración cristiana, con sus silencios incluidos, se basa absolutamente en el amor de Cristo por nosotros; en dialogar con Jesus, escucharle y responderle.  Es el Espíritu Santo quien debe aquitarnos y hacer silencio en nosotros, pues quién mejor que El para prepararnos a escuchar a nuestro Creador. 
 
No es por medio de nuestros méritos (concentración, control corporal, etc.) que llegamos al Señor, sino que es Él quien gratuitamente baja o llega a nosotros en la oración. Solo por su amor y misericordia. 
 
El cristiano no necesita de "una mente en blanco, un control corporal, un poder de relajación" para llegar a Cristo en la oración.  Es Él quien se nos acerca y nos habla amorosamente.  Todo es mérito de Él.  Nosotros debemos decir: "Señor, aquí estoy para hacer tu voluntad".

El yoga, así como otras religiones orientales, están centradas en la persona, en sus esfuerzos personales y el control de su propio ser y no en Cristo.  El yoga poco a poco nos lleva a poner nuestra fe (sin darnos cuenta siquiera) en nosotros mismos.  En la oracion cristiana el corazon se pone en las manos del Señor y no en mis propias manos.  La mente se pone en las manos del Señor y no en blanco o vaciada de pensamientos.

Quien practica yoga quizá debería preguntarle derechamente al Señor Jesús en oración si es correcto practicar el yoga con todas sus técnicas "humanas", que solo te llevan a poner el centro de tu vida en ti mismo y no en Él. Atrévete a consultar al Señor lo que te digo y luego me cuentas.

Con afecto de hermanos en Cristo,
Eduardo Zuñiga, Chile

No hay comentarios.:

Publicar un comentario