domingo, 23 de enero de 2011

Sin Cantidad No Hay Calidad

No hay duda que la inmensa mayoría de los padres aman intensamente a sus hijos. Pero por qué se dice que cada vez hay más "hijos huérfanos de padres vivos"? Algo que ha minado mucho el amor que se les da a los hijos ha sido el creer que la calidad de nuestra dedicación es lo único importante. Pero calidad sin cantidad no sirve.
"Los hijos necesitan muy poco, pero lo poco que necesitan lo necesitan mucho". Lo que más necesitan es saberse muy importantes para sus padres. Y es nuestra presencia la que les dice que lo son. Lo grave es que si no estamos suficientemente presentes en sus vidas nos vamos a perder los momentos más exquisitos y edificantes que nos ofrece el proceso de criarlos, de verlos crecer, luchar y gozar. Pero no dejaremos de vivir y sufrir con sus penas y dificultades, muchas de ellas el resultado de no haberse sentido suficientemente amados por nosotros. Como quien dice, nos perderemos de lo bueno pero de todas maneras nos tocará lo malo.
Mientras que el mundo cambia pero no se termina y siempre nos ofrece nuevas actividades y oportunidades, el tiempo de que disponemos para gozar la niñez de nuestros hijos sí se acaba y pronto. Nuestra dedicación a estar con ellos es clave para fortalecer nuestros vínculos de amor. Así que, si el tiempo es corto, no lo desperdiciemos haciendo muchas cosas para comprar el amor de los hijos que recibiremos gratis si nos dedicamos a ocupar un primer lugar en su corazón. 
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