jueves, 26 de septiembre de 2013

La "fantaciencia"


Autor: Santiago MARTÍN, sacerdote 
Que el Papa emérito Benedicto aún esté vivo no sólo es útil para el Papa Francisco -que ha dicho de él que es como tener al abuelo en casa, al que se puede pedir consejo, aunque tampoco hay tantos años de diferencia entre ambos-. Es útil para todos nosotros, por las plegarias cotidianas que eleva a Dios desde su clausura y por cosas como las que voy a comentar ahora.
Un tal Odifreddi, que en Italia tiene un cierto nombre por sus apariciones frecuentes en televisión como una especie de "científico ateo oficial" pero que es un gran desconocido en el resto del mundo, decidió escribir un libro que fuera una especie de "Introducción al ateísmo" -una introducción luciferina, dice él- y no se le ocurrió otra cosa que dedicárselo al Papa Benedicto, autor hace años de una famosa y sólida "Introducción al cristianismo".
Odifreddi se mueve en el mundo de los tópicos y no le ha sido difícil al Papa Benedicto desmontar una a una sus teorías. Lo ha hecho en una carta de la que ignoramos su contenido íntegro, pero que ha bastado lo publicado no sólo para llenarnos de regocijo al ver la lucidez intelectual que tiene el Papa emérito, sino también para disfrutar de un texto que es una obra maestra de la apologética contemporánea.
El matemático ateo decía que la teología es ciencia ficción y que sólo es ciencia pura la matemática. Añadía que Jesús es un mito y luego se entretenía recordando las fechorías de algunos sacerdotes en asuntos de pederastia.
Benedicto, con un texto lleno de finura y no exento de humor, le ha recordado que en su elaboración luciferina sobre el ateísmo no hace "ciencia", sino "fantaciencia" -hay que agradecerle al Papa esta palabreja, que debemos incorporar a nuestro vocabulario habitual para referirnos a lo que dicen que hacen los ateos, que no deja de ser pura fantasía-, puesto que no demuestra nada de lo que pretende demostrar -la no existencia de Dios-, además de hacer un montaje elucubrativo en el que deja de lado cuestiones tan importantes como la libertad, el amor y el mal.
Benedicto, con finura pero con firmeza, le dice al matemático que es un ignorante voluntario, pues no se ha tomado la molestia de investigar nada sobre la existencia del Jesús histórico y, para ayudarle, le cita a algunos autores que trataron el tema tan exhaustivamente que ya no caben excusas para seguir diciendo que el fundador del cristianismo es un mito. En cuanto a las fechorías de algunos sacerdotes malvados, el Papa le recuerda a su frágil contrincante intelectual que él mismo ha estado siempre en contra de la pederastia y la ha perseguido incansablemente. Pero es que, además, le dice -sin que sirva de consuelo-, que no se da más entre el clero que entre otras profesiones -no cita la de los matemáticos o la de los políticos o la de los periodistas, pero se sobre entiende-. Y concluye que es injusto olvidar el caudal de obras buenas y de grandes santos que puede con legítimo orgullo mostrar la Iglesia, tanto en el pasado como en el presente.
Odifreddi debería dedicarse a otra cosa, en lugar de escribir "fantaciencia" contra el cristianismo. No creo que lo haga, porque le es muy rentable publicar libros que arremeten contra la Iglesia. Lo mismo sucede con esa legión de acosadores que, casi sin instrucción en la materia, pontifican sobre lo que ignoran. Gracias a Dios tenemos al Papa Benedicto que de un sabio plumazo los ha puesto en su sitio. El "abuelo" está lúcido y, además de rezar, de vez en cuando nos da clases magistrales.

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