"¿Dónde se embarcan los pasajeros normalmente? ¿En Fiumicino? No quiero crear problemas por partir de Ciampino...." Francisco saldrá hacia Río de Janeiro, en su primer viaje internacional, del aeropuerto de Fiumicino y no del de Ciampino, como había sido previsto inicialmente en el programa. Una decisión tomada para simplificar los trámites. Además, el Papa ha mandado comunicar a Alitalia que no quiere ningún trato especial en el avión: viajará en primera clase, pero no habrá la cama que normalmente se preparaba para los Pontífices durante los largos viajes intercontinentales.
Para Bergoglio, la butaca de primera clase representa ya un lujo con respecto a sus costumbres: de cardenal solía viajar en clase turista y lo ha hecho incluso después de tener el problema de la cadera, pidiendo que le dieran el asiento de la salida de emergencia, para poder extender las piernas. Así hizo el pasado 26 de febrero, cuando salió de Buenos Aires hacia Roma, para participar en el cónclave que el 13 de marzo le elegiría Papa y le impediría usar el billete de vuelta.
La carta enviada a Alitalia por la Secretaría de Estado indicando todo esto ha llegado a tiempo, pues si el Papa hubiera querido la cama eso le hubiera supuesto a la compañía adaptar el avión, lo cual hubiera requerido mucho tiempo. Alitalia ha decidido que Francisco vuele en el Airbus 330, el que suele cubrir la ruta Roma-Río de Janeiro, en lugar de dedicarle el Boeing 777, más cómodo, y que es el mejor de que dispone la compañía.
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