El Santo Padre Francisco se ha reunido con las representantes de todas las congregaciones religiosas femeninas, en una audiencia celebrada en el Vaticano el pasado miércoles, antes de la audiencia general. Ochocientas monjas estaban presentes y el encuentro era la conclusión de la asamblea general que han celebrado en Roma.
La audiencia había levantado gran expectación debido a que el Papa es un religioso, jesuita, y a que la situación de las congregaciones femeninas es cada año más grave, con una caída de las vocaciones que no parece tener fin. Además, está la cuestión de las monjas progresistas norteamericanas, cuya asociación fue "intervenida" por el Vaticano en tiempos de Benedicto XVI, intervención que ha sido revalidada por Francisco. Sobre esta intervención, se ha pronunciado el cardenal Braz, creando tan confusión que el propio Vaticano ha tenido que aclarar las cosas.
En su alocución a las superioras de las monjas de todo el mundo, el Pontífice ha hablado ante todo de obediencia "como escucha a la voluntad de Dios, en la moción interior del espíritu Santo autentificada por la Iglesia, aceptando que la obediencia pasa también a través de las mediaciones humanas". Ha recordado que la relación entre autoridad y obediencia debe ser leída "en el contexto más amplio del ministerio de la Iglesia, pues constituye una particular intervención de su función mediadora".
En este sentido, quien tiene autoridad -en la Iglesia como en las órdenes religiosas- debe ejercerla como "servicio": "Ejerced siempre la autoridad acompañando, comprendiendo, ayudando, amando -ha sido la invitación de Francisco a las superioras-, abrazando a todos y a todas, especialmente a las personas que se sienten solas, excluidas, secas, a la periferia existencial del corazón humano".
El Pontífice también ha dicho una palabra sobre el voto de castidad, una castidad que debe ser "fecunda", porque "la consagrada es madre, debe ser madre y no solterona". En cuanto a la pobreza, les ha dicho que tienen que vivirla estando al lado de los pobres y no sólo predicarla.
Pensando sin duda en la polémica con las monjas norteamericanas e inspirándose en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, les ha dicho que la pertenencia a la Iglesia es, apra los religiosos, "una de las dimensiones constitutivas" de su vida. "No es posible que una consagrada y un consagrado no 'sientan' con la Iglesia", ha dicho el Papa.
A quienes justifican la desobediencia de las congregaciones a la Iglesia -como habrían hecho las monjas norteamericanas, apoyando el aborto o las ordenaciones sacerdotales femeninas- el Pontífice les ha recordado que es absurdo "pretender vivir con Jesús sin la Iglesia". "Tenéis la responsabilidad de cuidar de la formación de vuestros Institutos en la sana doctrina de la Iglesia, en el amor a la Iglesia y en el espíritu eclesial", ha añadido. "Estad felices, porque es hermoso seguir a Jesús, es hermoso convertirse en un icono vivo de la Virgen y de nuestra Santa Madre la Iglesia jerárquica", les ha dicho.
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