Jesús les respondió: “Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Juan (10, 22-30)
Oración: Señor, si vivo distraido con mis intereses, mis angustias y mi propia voz, es imposible escuchar Tu voz. Si vivo ensimismado en mi ego, no lograré nunca acercarme a Tí. Ni siquiera te podré escuchar porque vivo en el bullicio de esta sociedad que me quiere absorber. Calla mi corazón para escucharte, para seguirte y así, algún día estar junto a Tí eternamente.
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