La psicóloga se refiere a la cercanía y credibilidad que ha generado con la sociedad. Reconoce que ha tenido una vida difícil, por lo que no le cuesta conectarse con el dolor de los otros y entender por lo que estás pasando.
Ella cuenta que siempre se manifiesta dispuesta a aprender y cree que eso la gente lo recibe con cariño.
Pareciese ser que la sociedad en la que vivimos necesitara cada vez más de algún tipo de orientación para el quehacer cotidiano.
Los libros y charlas de autoayu-da han tenido más repercusión y éxito que en cualquier otro momento y Pilar Sordo es una de las psicólogas más reconocida en nuestro país por el aporte y la ayuda que ha brindado a la sociedad-Diario El Sur conversó con la especialista, en un diálogo donde ella intenta explicar el porqué de algunos fenómenos actuales, comenta las características de la gente y además habla sobre su experiencia ayudando a las personas.
-¿Cómo ha vivido el desarrollo de su carrera, el transformarse en una conocida psicóloga de la televisión y gran referente para muchos?
-Es súper raro porque yo no estoy en tele visión. A veces aparezco en algún programa, sin embargo. se ha producido la paradoja de que estoy cada vez más presente. Yo creo que esto tiene que ver con un peregrinaje, una vocación silenciosa y solitaria de recorrer Chile, Latinoamérica y Centroamérica, permanentemente hablando, encontrándome con gente, haciendo investigaciones, entre otras cosas. Es un trabajo constante de 25 años. A la larga tiene que dar frutos, porque creo que el único mérito que tengo yo, es que soy disciplinada, lo demás se lo atribuyo a Dios.
-¿Por qué cree usted que los chilenos se han interesado tanto en los problemas que aborda en sus libros?
-Yo no digo nada nuevo. Lo único que hago es despertar el sentido común y como es el menos común de los sentidos, creo que la gente lo valora. Tú y yo por dentro somos iguales. Lloramos y reímos por las mismas cosas, podemos tener gustos distintos, pero en relación a los aspectos importantes de la vida vamos a pensar lo mismo. Cuando muestro todo eso, y lo hago con toda la miseria que puedo tener, se genera el reflejo y se agradece porque terminas diciendo puras verdades, las que no son nada de gurú, pero quizás tengo el talento de ver y poder transmitir.
-Es súper raro porque yo no estoy en tele visión. A veces aparezco en algún programa, sin embargo. se ha producido la paradoja de que estoy cada vez más presente. Yo creo que esto tiene que ver con un peregrinaje, una vocación silenciosa y solitaria de recorrer Chile, Latinoamérica y Centroamérica, permanentemente hablando, encontrándome con gente, haciendo investigaciones, entre otras cosas. Es un trabajo constante de 25 años. A la larga tiene que dar frutos, porque creo que el único mérito que tengo yo, es que soy disciplinada, lo demás se lo atribuyo a Dios.
-¿Por qué cree usted que los chilenos se han interesado tanto en los problemas que aborda en sus libros?
-Yo no digo nada nuevo. Lo único que hago es despertar el sentido común y como es el menos común de los sentidos, creo que la gente lo valora. Tú y yo por dentro somos iguales. Lloramos y reímos por las mismas cosas, podemos tener gustos distintos, pero en relación a los aspectos importantes de la vida vamos a pensar lo mismo. Cuando muestro todo eso, y lo hago con toda la miseria que puedo tener, se genera el reflejo y se agradece porque terminas diciendo puras verdades, las que no son nada de gurú, pero quizás tengo el talento de ver y poder transmitir.
-Es usted guía y ayuda para muchos en el aprendizaje de cómo afrontar los dolores y las dificultades de la vida. ¿Pero cómo enfrenta usted el sufrimiento y los obstáculos?
-Yo no sé cómo enfrento, lo que sí sé es que cuando me paro frente a algún dolor he tenido la gracia de nunca preguntarme por qué. He ido adquiriendo cierta docilidad y reverencia frente al dolor, es como agachar la cabeza y decir”ya, partimos otra vez”.
-Yo no sé cómo enfrento, lo que sí sé es que cuando me paro frente a algún dolor he tenido la gracia de nunca preguntarme por qué. He ido adquiriendo cierta docilidad y reverencia frente al dolor, es como agachar la cabeza y decir”ya, partimos otra vez”.
-¿Tiene alguna fórmula para escribir sus libros, cómo se prepara, cuál es el proceso previo?
-Para comenzar una investigación parece que necesariamente me tiene que pasar algo a mí, a! menos hasta el momento ha sido así. Y desde ahí empezar a preguntarme si esto que estoy viviendo le pasa al resto también. Para poder hacer eso se requiere disciplina. Porque una parte es haber terminado una indagación, que es la que me va a permitir escribir. La otra parte es contar con una metodología y rigor de encerrarme a redactar.
-Con respecto a lo que estamos viviendo, ¿cuál es su opinión frente al movimiento estudiantil nacional que ha ido tomando cada vez más fuerza?
-Yo siento que son súper legítimas las peticiones que se están haciendo. Además creo que los distintos frentes están de acuerdo en que hay que hacer cambios en el tema de la educación. A mi lo que me preocupa es que cuando un país legitima la rabia como única emoción posible para poder ser respetados y escuchados, es muy fácil caer en juegos de poder de ambos lados, esto desvirtúa el sentido de lo que está pasando. La rabia como mecanismo social para reconocerse es un problema social grave.
-Para comenzar una investigación parece que necesariamente me tiene que pasar algo a mí, a! menos hasta el momento ha sido así. Y desde ahí empezar a preguntarme si esto que estoy viviendo le pasa al resto también. Para poder hacer eso se requiere disciplina. Porque una parte es haber terminado una indagación, que es la que me va a permitir escribir. La otra parte es contar con una metodología y rigor de encerrarme a redactar.
-Con respecto a lo que estamos viviendo, ¿cuál es su opinión frente al movimiento estudiantil nacional que ha ido tomando cada vez más fuerza?
-Yo siento que son súper legítimas las peticiones que se están haciendo. Además creo que los distintos frentes están de acuerdo en que hay que hacer cambios en el tema de la educación. A mi lo que me preocupa es que cuando un país legitima la rabia como única emoción posible para poder ser respetados y escuchados, es muy fácil caer en juegos de poder de ambos lados, esto desvirtúa el sentido de lo que está pasando. La rabia como mecanismo social para reconocerse es un problema social grave.
-¿Considera usted que los chilenos aprovechan instancias como las redes sociales, donde no se ven, para decir lo que realmente piensan?
-Absolutamente, es otra cultura de la rabia. Me asombra cómo la gente dice que no tiene tiempo cuando se dedica horas a mirar páginas en Internet Hay una transferencia de las emociones que es desvirtuada y todo lo que escriben a través del teclado no lo pueden decir de frente. No sabemos hablar, por lo que las plataformas tecnológicas nos quedaron como anillo al dedo.
-Absolutamente, es otra cultura de la rabia. Me asombra cómo la gente dice que no tiene tiempo cuando se dedica horas a mirar páginas en Internet Hay una transferencia de las emociones que es desvirtuada y todo lo que escriben a través del teclado no lo pueden decir de frente. No sabemos hablar, por lo que las plataformas tecnológicas nos quedaron como anillo al dedo.
-¿A qué se debe que nuestra sociedad le cueste tanto poder expre sarse mirándose a los ojos?
-Creo que tiene que ver con un tema de poco goce. Somos un país muy poco agradecido. He llegado a la conclusión de que los chilenos tienen pavor a la felicidad, entonces preferimos andar diciendo que estamos mal, ya que eso tiene menos riesgo. Cuando yo digo que estoy súper bien, tengo dos desafíos: uno, es mantener ese estado y dos, tengo el compromiso de lo que estoy diciendo. Generamos una complicidad social donde es mejor estar en un plano de la resignación que comprometernos con el sueño de trabajar por la felicidad. Ese es un riesgo mucho mayor y que no estamos dispuestos a correr.
-Creo que tiene que ver con un tema de poco goce. Somos un país muy poco agradecido. He llegado a la conclusión de que los chilenos tienen pavor a la felicidad, entonces preferimos andar diciendo que estamos mal, ya que eso tiene menos riesgo. Cuando yo digo que estoy súper bien, tengo dos desafíos: uno, es mantener ese estado y dos, tengo el compromiso de lo que estoy diciendo. Generamos una complicidad social donde es mejor estar en un plano de la resignación que comprometernos con el sueño de trabajar por la felicidad. Ese es un riesgo mucho mayor y que no estamos dispuestos a correr.
LA FELICIDAD
Pilar Sordo ha dedicado sus 25 años de carrera a comprender las actitudes y los sentimientos de los seres humanos, a partir de los suyos propios.
Dentro de este camino, explica que ha descubierto por qué los chilenos suelen sonar tan pesimistas, tan deprimidos. Tas mujeres se quejan porque cocinan, otras porque trabajan, los hombres porque tienen que mantener la familia. Todo tiene una cuota de tragedia”, comenta la especialista. En esta sociedad, según ha concluido la sicóloga, es mucho más fácil decir que se está aproble-mados, como la mayoría, que reconocer que se está bien, o que se siente feliz. El asumir la felicidad trae consigo un desafío mucho mayor: mantenerse así.
Trabajo y recompensa
María del Pilar Sordo Martínez, estudió Psicología en la Universidad Diego Portales, donde se especializó en psicología femenina asociada a infertilidad, trastornos de alimentación, menopausia y conexión de estos elementos con el trabajo, sexualidad adolescentes y adulta, familia y valores.
Dentro de su trabajo ha publicado muchos libros, entre ellos: Viva la diferencia que logró llegar al número uno en los rankings de venta en Chile. Este texto fue utilizado en la rutina de Coco Legrand para el Festival de Viña del Mar de 2006. Luego tuvo la oportunidad de coescribir con el comediante “Con el Coco en el diván”.
Ha recorrido el país entero asesorando a empresas y dictando charlas para diverso público.
También ha sido reconocida con premios otorgados por el Colegio de Psicólogos San Juan Argentina, la distinción Mujer Destacada 2010-2011 por el apoyo permanente a la mujer Chille, otorgado por el Hospital San Juan de Dios en Santiago, el premio de Premio de Periodismo Alberto Hurtado Crucha-ga de 2010, entre otros.
Diario El Sur de Concepción
Por: Fernanda Mundaca
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