Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. Isaías 50:4-7
Oración: Señor, Tu me llamas todos los días. Te acercas a mí, pero mis actividades, mi activismo, mis distracciones no me permiten algunas veces escucharte. Me hablas claro, pero tengo tapones en mis oidos. Quítamelos, Jesús, para poder escucharte con claridad, saber que quieres de mí y tener el coraje para seguirte.
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