sábado, 7 de septiembre de 2013

La paz es posible, aún


Autor: Santiago MARTÍN, sacerdote
A estas horas, todavía es posible la paz. Mañana quizá ya será demasiado tarde. Me refiero a la posibilidad de que el ataque por parte de Estados Unidos a Siria degenere en una guerra mundial de consecuencias insospechadas, porque la guerra por desgracia ya existe y ha causado ya miles de muertos.
Los católicos, los ortodoxos e incluso los anglicanos se han puesto de acuerdo en pedir a Estados Unidos que no mande sus aviones contra el régimen de Assad. No porque consideren que se trata de un gobernante ejemplar, sino porque creen que la situación es tan confusa que quizá se puede derribar a alguien malo para poner a otro aún peor.
Porque la alternativa al régimen dictatorial de Assad es el de una milicia rebelde que donde ya gobierna ha impuesto un auténtico sistema de terror islamista, con asesinatos de sacerdotes y de cristianos. Resultaría más que irónico patético que Estados Unidos se dedicara a atacar a alguien que es menos enemigo de Occidente que aquellos a los que quiere poner en el poder. No hay que olvidar que los rebeldes que acosan a Assad son amigos de Irán y están integrados en buena medida por AlQuaeda, con lo cual se podría dar la paradoja de que Estados Unidos e Irán actúan juntos para derribar a alguien que no persigue a los cristianos. Si la política exterior de Obama ha sido nefasta hasta ahora, en lo concerniente a Oriente Medio, esto puede ser ya el colmo de las necedades.
Por eso el Papa Francisco, y con él el patriarca de la Iglesia rusa y el primado anglicano, han elevado su voz pidiendo diálogo, sensatez y, en definitiva, paz. Siguen siendo válidas las palabras de Juan XXIII: "Nada se pierde con la paz y todo puede perderse con la guerra". Y mientras, nosotros, los que no tenemos en la mano la decisión de bombardear y aniquilar a poblaciones enteras, podemos hacer algo que quizá impida que esa mano apriete el botón que desate el holocausto. Podemos y debemos rezar.

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