sábado, 8 de octubre de 2011

Misticismo


Padre Jordi Rivero

El estado sobrenatural del alma en que Dios es conocido mas allá de lo que alcanzan los méritos y técnicas humanas. Los místicos experimentan a Dios de manera personal e inmediata. Siempre es fruto de una gracia divina, especial y completamente inmerecida. Pero Dios no se impone sino que espera nuestra apertura a sus invitaciones. Son pocos los que están dispuestos a las purificaciones y compromisos que el amor requiere.
 Misticismo Cristiano vs. Misticismo oriental
El misticismo cristiano se diferencia esencialmente del no cristiano. Reconoce que la realidad a la que asciende transciende al alma y al cosmos. No confunde el "yo" con el "tu" ni el alma con Dios. Mantiene una profunda humildad ante la infinita Majestad de Dios. En el misticismo cristiano toda unión entre Dios y el alma es una unión moral de amor, dedicada a su voluntad a cualquier costo personal. La persona no se diluye en Dios, no desaparece. 
 Verdaderos y falsos místicos
No es fácil descubrir a los verdaderos místicos. Son personas muy normales que no buscan reconocimiento ni impresionar con apariencias externas. Se les conoce mas bien por su equilibrio en su persona humana, sus frutos al servicio del Señor y sus virtudes. Son personas Destacan por su obediencia total a sus superiores y a la Iglesia en medio de las pruebas, humildad, sacrificio, caridad, servicio, capacidad de abrazar la cruz en la vida diaria... El místico no vive siempre en la consolación. Mas bien sabe mantenerse fiel en grandes pruebas, a veces rechazado por todos, incluso sintiéndose en la oscuridad, rechazados por Dios. La máxima experiencia mística es precisamente la de Jesús en la Cruz. La mística auténtica nunca es evasión de la realidad sino al contrario.
Los falsos místicos aparentan gran santidad y experiencias sobrenaturales para buscar atención. Caen en la trampa del demonio y arrastran a otros. Algunos son enfermos mentales. Es por eso que la Iglesia nos pide mucha prudencia en relación a los reportes de místicos y mensajes recibidos del cielo.
Pero la prudencia y el discernimiento no significan parálisis o rechazo indiscriminado. Los místicos verdaderos algunas veces no se les descubre hasta después de muertos, pero otros son llamados por Dios a formar familias espirituales (Sta. Teresa, San Juan de la Cruz, San Juan Bosco, San Pío de Pietrelcina, Teresa de Calcuta,...). Ellos recibieron duras críticas pero su autenticidad se probó con el tiempo. Pero si sus seguidores hubiesen esperado la confirmación final de la Iglesia para comenzar la obra, nunca se hubiese formado la familia espiritual ni se hubiese enriquecido la Iglesia con sus enseñanzas, carismas y apostolados. El discernimiento mas bien se da en el camino, mientras que desde el comienzo se camine humildemente, a la luz de la fe, con fundamentos sólidos de doctrina y moral y con plena obediencia a la Iglesia.

Bibliografía:
Hardon, John S.J.; Modern Catholic Diccionary; Eternal Life, Kentucky, 1999.
 UNION MISTICA
La unión del alma con Dios en contemplación profunda. Se caracteriza por una profunda conciencia de la presencia divina. Tiene una variedad de grados, que no necesariamente ocurren en sucesión: Las dos noches del alma (noche de los sentidos y noche del espíritu) que anteceden a la unión mística, la oración de silencio, la unión plena, éxtasis y matrimonio espiritual.

Bibliografía:
Hardon, John S.J.; Modern Catholic Diccionary; Eternal Life, Kentucky, 1999.

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