viernes, 28 de enero de 2011

Se Nos Esta Olvidando Vivir


A pesar de que vivimos en la era del jet, el celular, el microondas, los cajeros automáticos, la Internet, etc., es decir, rodeados de miles de innovaciones para ahorrar tiempo, pocas son las personas que no andan a la carrera y agobiadas porque no les alcanza el tiempo para nada. Parece que estar constantemente de prisa se convirtió en un "modus vivendi", a tal punto que muchas personas se sienten culpables cuando se toman unos minutos para descansar aunque estén exhaustas.
Pero, qué nos ha llevado a montarnos en esta especie de avión ultra sónico en el que todos viajamos incómodos pero nadie se puede bajar? Nos ha llevado el inmediatismo al que nos han acostumbrado las soluciones instantáneas que nos ofrece la publicidad y las historias del cine o la TV; la creencia de que "el tiempo es oro" que nos ha convencido de que cada minuto del día debe ser productivo ; el cultivo del ego que nos anima a trabajar más para poseer más y aparentar más; la idea de que tener mucho equivale a ser más felices que pregona la cultura consumista y nos empuja a producir y gastar sin descansar.
Lo cruel es que en esta loca carrera finalmente logramos estirar el tiempo para hacerlo todo menos vivir, si por vivir entendemos compartir, reír, pasear, conversar, jugar, gozar o soñar.
El impacto que esta forma de vida tiene en la familia es funesto. Al andar a la carrera vivimos como "volando por instrumentos", es decir, concentrados en todo lo urgente por hacer, pero desconectados de lo que somos y sentimos. Y al no estar conectados con nuestros sentimientos es imposible establecer sólidos vínculos afectivos con nuestros seres queridos. Así, nuestras relaciones familiares se limitan a contactos superficiales, carentes de calidez, que por su trivialidad se desbaratan con cualquier tormenta.
El tiempo no puede seguir siendo nuestro enemigo. Lo necesitamos para formar la familia que soñamos tener. Hace falta tiempo para establecer lazos profundos con nuestro cónyuge porque éstos se tejen en los momentos compartidos sin más propósito que estar juntos; tiempo para ganarnos la confianza de nuestros hijos porque saben que sí estaremos a su lado cuando nos necesiten; tiempo para cultivar una buena comunicación porque estamos allí para que nos cuenten sus pesares cuando desean compartirlos; tiempo para formar su conciencia porque estamos tan presentes que nuestro proceder les muestra qué está bien y qué está mal; tiempo para alimentarles una fe sólida porque pueden ver cómo confiamos en Dios y así ellos también confiar en sus designios.
Vivir a la vida a la carrera atropella las relaciones. La impaciencia, producto del afán por ganarle la carrera al reloj, impide que tratemos a nuestros hijos con el afecto que merecen. Hacer muchas cosas alimenta el ego pero deja morir de hambre el corazón. Llena la agenda pero destrozan la familia.
Si el tiempo es oro no lo desperdiciemos haciendo muchas cosas para comprar el amor de nuestra familia, el cual obtendremos gratis si dedicamos más tiempo a disfrutar de los hijos y ocupar el primer lugar en su corazón.
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Versículo del Día 1/28/11

 Jesús dijo: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por si sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas.
Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha”Marcos 4:26-34

Oración: Señor, muy a menudo sembramos en otras personas la semilla de la fe, ya sea con una palabra, una sonrisa, un libro, o simplemente siendo ejemplo. Alguien me dijo un día: "Mira lo que haces y como lo haces pues Dios te está viendo. Dale un buen show." No solo Tu me estás viendo, sino el mundo. Así que miraré bien que hago para darles un buen show. Quien sabe si algún día puedo ver germinar y dar frutos a esas semillas que sembré sin siquiera darme cuenta.

jueves, 27 de enero de 2011

Los hijos no deben ser arma de venganza

Cuenta una historia que cuando dos mujeres que fueron llevadas ante el rey Salomón porque ambas reclamaban a un mismo bebé como su hijo y peleaban sin lograr ningún acuerdo, el sabio monarca ordenó que la criatura fuera partida en dos y se le entregara la mitad a cada una. En vista de la decisión del rey una de las ellas le suplicó que no despedazaran al niño y se lo entregara intacto a la otra mujer. Su generoso gesto le permitió al rey determinar que ella era la madre verdadera y quien lo merecía.
Las peleas por los hijos son hoy pan de cada día entre las parejas separadas que se disputan, entre otras, quién es el "dueño" de los hijos. Lo cruel es que en estos conflictos muchos padres sin saberlo "parten en dos" a los hijos con tal de perjudicar al otro. Así, los hijos son utilizados como munición para herir a quien fue su cónyuge, ignorando que en ese proceso destrozan a quienes "más aman" en la vida.
Lo usual en las separaciones matrimoniales es que el papá utilice el dinero como arma de venganza, y no dé lo que le corresponde aportar para el mantenimiento de sus hijos. Con ello lo que se logra es que sus hijos queden aún más abandonados porque no solo ya no tienen a su papá a su lado, sino que además una mamá agobiada por sus problemas económicos no podrá ofrecerles la presencia emocional que les urge más que nunca.
Las mamás, a su vez, por lo general se vengan impidiendo que los papás estén con sus hijos, desconociendo que ver y estar con ellos no es un privilegio sino un derecho que tienen tanto el papá como los niños. En esta forma convierten a los hijos en un bien cuya compañía se alquila por un precio. Y además, al utilizarlos como chantaje para que el papá cumpla con sus pagos los están involucrando en una pelea que no es de ellos y que por lo mismo los menores no pueden solucionar.
Lo más grave es que estos conflictos destrozan a los hijos. Destrozan su fe en los demás seres humanos porque será difícil confiar en alguien cuando las personas que más los aman no tienen reparo en herirlos con tal de saciar su sed de venganza. Destrozan sus ilusiones sobre lo maravilloso que puede ser casarse porque para ellos ha sido una experiencia en que cada uno aporta su odio para acabar con el otro y no su amor para el bien del otro. Destrozan su esperanza en un mañana mejor porque cuando se crece en un hogar cargado de resentimiento como ha sido el suyo va a ser difícil poder esperar que en el mundo exterior las cosas sean distintas.
Con mucha frecuencia aseguramos que hacemos las cosas "por el bien de los hijos". Si del bien de los hijos se trata ayudémoslos a recuperar su fe en sus padres, dejando de contraatacar a nuestro excónyuge mientras que nos justificamos alegando que todo es su culpa. Revisemos a ver qué podemos y debemos cambiar nosotros para calmar los ánimos. Que la historia del rey Salomón nos sirva para darnos cuenta de que al jugarnos el todo para salvar el bienestar de los hijos estamos impidiendo ser parte de un proceso que destroza a los seres que más amamos en la vida.
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Versículo del Día 1/27/11

Jesús dijo: “Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará”.  Marcos 4:21-25

Oración: Señor, mucho criticamos y juzgamos! Quién soy yo para juzgar? No conozco los corazones de quienes critico ni juzgo. No se que los lleva a actuar de una manera u otra. Enséñame a ver como Tu, con ojos de misericordia y dar todo el amor que tengo incondicionalmente. Mientras más amor doy, más amor recibiré. Solo puedo dar este amor si te tengo a Tí adentro.

miércoles, 26 de enero de 2011

¿Los graduados superarán la prueba más difícil?

El grado de secundaria de los hijos es un evento muy trascendental tanto para los padres como para los mismos muchachos. Para los primeros, significa no sólo que saldrán del colegio, sino que de alguna manera se gradúan y pasan a la condición de mayores de edad y por lo mismo ya no dependerán tanto de los padres, lo que implica que "se nos salen de las manos". Aunque son evidentes los sentimientos encontrados que rodean este evento, para los muchachos parece prevalecer la emoción por los privilegios que en adelante tendrán sobre la nostalgia por lo que dejarán atrás. Quienes están próximos a abandonar el colegio quizás no alcanzan a comprender las implicaciones que tiene decirle adiós, no sólo a los compañeros, sino a la protección de que gozaban en virtud de su condición de alumnos menores de edad.
La culminación del bachillerato conlleva una serie de cambios que van más allá de no tener que volver al colegio. El cambio más significativo es que a partir de su graduación, los jóvenes pasan a la categoría de adultos y por lo tanto ingresan a la escuela de la vida, en la que serán personalmente responsables por todas sus acciones y omisiones. Y si bien es cierto que ya no tendrán que prepararse para pasar las pruebas de ingreso a la universidad, deberán comenzar a esforzarse por superar una mucho más difícil: construir una existencia que les permita tener una buena razón para vivir.
Lo primero que tendrán que aprender es que a partir de este momento la sociedad les otorga una serie de prerrogativas y derechos, pero también de responsabilidades y deberes. Esta última es una lección difícil para quienes han crecido en un mundo en el que se enfatizan los derechos de todos (los de los niños, los mujeres, los ciudadanos, etc.) pero poco se habla sobre los deberes. Y por lo tanto es frecuente que los jóvenes dominen el arte de reclamar sus derechos pero sepan poco de lo que significa asumir sus responsabilidades.
Si bien la promulgación de los derechos nos protege del poder corrupto con que puede subyugarnos cualquier tipo de totalitarismo, cuando la conducta social se centra en la defensa de los derechos se pierde el sentido comunitario y el deseo de trabajar por el bienestar de todos. Mientras que una sociedad enfocada en los derechos invita al antagonismo y la rivalidad, una manejada desde la responsabilidad de sus integrantes promueve un ambiente de servicio, solidaridad y colaboración.
Ahora que los jóvenes bachilleres gozarán del privilegio de decidir a qué quieren dedicarse en la vida es importante animarlos a que se centren en lo que deben aportar y no sólo en lo que esperan adquirir. Han sido las personas comprometidas con sus deberes las que han logrado los grandes hechos que han beneficiado a la humanidad. Si hoy no vivimos bajo el dominio de los europeos o si sobrevivimos a las enfermedades infecciosas gracias a la penicilina, es porque Simón Bolivar y Alexander Fleming aceptaron las obligaciones que, gracias a sus talentos, debían a la vida.
En el proceso de apoyar a los hijos para que inicien sus estudios profesionales y recorran su camino con la mirada centrada en lo que están construyendo a su paso, recordémosles que el desafío de llegar a ser alguien residirá en la capacidad de asumir la responsabilidad de trascender. Así lo dijo Winston Churchill cuando afirmó que "la responsabilidad es el precio que pagan aquellos cuya vida es un ejemplo de grandeza", porque el destino que escogieron fue aportarle al mundo lo mejor de sí.
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Versículo del Día 1/26/11

El Señor dijo: ‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’, son los que, al escuchar la palabra, de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos. Marcos 4:1-20

Oración: Jesús, los católicos muchas veces recibimos Tu Palabra con amor, alegres y llenos de entusiasmo, como la novia que espera al novio con emoción. Enamorarse de Tí, es conocerte. Cómo me puedo enamorar si no te conozco? Si no sé quien eres? Cómo puedo saber que quieres de mí? Pues formándome e informándome de tu vida, de tu historia, tu iglesia, de todo lo que tenga que ver contigo!! Enséñame quien eres para poderte seguir con coherencia y por siempre.

martes, 25 de enero de 2011

Versículo del Día 1/25/11

 Jesús dijo:“Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura."Marcos 16:15-18

Oración: Señor, es importante predicar el evangelio y ser ejemplo a quienes quieran escuchar. Es como sembrar una semilla en cada corazón y tener la esperanza de que esta va a germinar y dar frutos. Te pido por todas esas semillas que se han sembrado.Te pido que los corazones acepten esa semilla con cariño y sin juicios, sabiendo de que viene de una persona imperfecta y llena de pecados como yo y como otros. Hemos tenido el coraje de ir con Tu palabra por el mundo y lo hemos hecho con buena intención.

lunes, 24 de enero de 2011

Yoga: mucho yo y poco Jesús

Eduardo Zúñiga
En muy pocas palabras quisiera agregar algo a la publicación de P. Manjackal Por qué el yoga es incompatible con el cristianismo e intentar dar otro poquito de luz al respecto.

Vázquez Borau dice que intenta ser cristiano católico y me parece excelente, pero creo que hay algo que tal vez no tenga muy claro con respecto a la fe cristiana.  Esto es, que nuestra oración, nuestro silencio interior, nuestra contemplación, nuestra vida entera debe tener por centro a Cristo y no a nosotros mismos.  Nuestra fe y vida gira en torno al Señor Jesús.  Él es nuestro Camino, Verdad y Vida.

Lamentablemente, el yoga es una práctica que te lleva a girar en torno a ti mismo. Las técnicas de silencio, de concentración, de aquietarse uno mismo, de dominarse a si mismo (espíritu y cuerpo) están basadas -y esto lo debe tener muy claro en estos 40 años- solo en el esfuerzo personal y en el poder que tú puedas ejercer sobre ti mismo. 
 
En la práctica de yoga el supuesto "silencio interior" es sobre todo un "dejar la mente en blanco" y "vaciarse" de las cosas externas, pero en ello no hay acción directa del Espiritu Santo.  Es tu propio esfuerzo quien te ayuda a controlarte, dominarte, relajar tu ser.  Hay todo un tema de control mental en ello.

La oración cristiana, con sus silencios incluidos, se basa absolutamente en el amor de Cristo por nosotros; en dialogar con Jesus, escucharle y responderle.  Es el Espíritu Santo quien debe aquitarnos y hacer silencio en nosotros, pues quién mejor que El para prepararnos a escuchar a nuestro Creador. 
 
No es por medio de nuestros méritos (concentración, control corporal, etc.) que llegamos al Señor, sino que es Él quien gratuitamente baja o llega a nosotros en la oración. Solo por su amor y misericordia. 
 
El cristiano no necesita de "una mente en blanco, un control corporal, un poder de relajación" para llegar a Cristo en la oración.  Es Él quien se nos acerca y nos habla amorosamente.  Todo es mérito de Él.  Nosotros debemos decir: "Señor, aquí estoy para hacer tu voluntad".

El yoga, así como otras religiones orientales, están centradas en la persona, en sus esfuerzos personales y el control de su propio ser y no en Cristo.  El yoga poco a poco nos lleva a poner nuestra fe (sin darnos cuenta siquiera) en nosotros mismos.  En la oracion cristiana el corazon se pone en las manos del Señor y no en mis propias manos.  La mente se pone en las manos del Señor y no en blanco o vaciada de pensamientos.

Quien practica yoga quizá debería preguntarle derechamente al Señor Jesús en oración si es correcto practicar el yoga con todas sus técnicas "humanas", que solo te llevan a poner el centro de tu vida en ti mismo y no en Él. Atrévete a consultar al Señor lo que te digo y luego me cuentas.

Con afecto de hermanos en Cristo,
Eduardo Zuñiga, Chile

Por qué el Yoga, en la filosofía y en la práctica, es incompatible con el Cristianismo


Por qué el Yoga, en la filosofía y en la práctica, es incompatible con el Cristianismo
Un sacerdote de la India explica cómo la teología panteísta y la insistencia en el yo hacen del yoga algo muy lejano a Cristo y a lo santo.
El P. Manjackal bautiza un niño en Eslovenia
James Manjackal, MSFS
Como cristiano católico nacido en el seno de una familia católica tradicional en Kerala, en la India, pero habiendo vivido entre hindúes; y ahora como religioso, sacerdote católico y predicador carismático en 60 países de los cinco continentes, creo que tengo algo que decir sobre los efectos perniciosos que tiene el yoga en la vida y en la espiritualidad cristiana.
Sé que hay un interés creciente por el yoga en todo el mundo, incluso entre los cristianos y que también ese interés se extiende a otras prácticas esotéricas y de la Nueva Era como el Reiki, la reencarnación, la acupresión, la acupuntura, la sanación pránica o pranoterapia, la reflexiología, etc. métodos sobre los que el Vaticano ha prevenido y avisado en su documento “Jesucristo, portador del agua de la vida”.

Para algunos el Yoga es un medio de relajación y de alivio de la tensión, para otros es un ejercicio que promueve la salud y el estar en forma y, para una minoría, es un medio para la curación de enfermedades. En la mente del católico medio, ya sea laico o del clero, hay mucha confusión pues el Yoga según se promueve entre los católicos no es exclusivamente ni una disciplina relacionada con la salud ni una disciplina espiritual sino que unas veces es una cosa, otras veces la otra, y frecuentemente una mezcla de las dos.
Pero el hecho es que el Yoga es principalmente una disciplina espiritual y sé que incluso hay sacerdotes y hermanas en seminarios y noviciados que aconsejan el Yoga como una ayuda para la meditación y para la oración. Es triste que hoy en día, muchos católicos estén perdiendo la confianza en las grandes prácticas espirituales y místicas para la oración y la disciplina que recibieron de grandes santos como Ignacio de Loyola, Francisco de Asís, Francisco de Sales, Santa Teresa de Avila, etc. y ahora sigan a espiritualidades y místicas orientales que provienen del Hinduismo y del Budismo.
A este respecto, un cristiano sincero debería informarse sobre la compatibilidad del Yoga con la espiritualidad cristiana y sobre la conveniencia de incorporar sus técnicas en la oración y en la meditación cristianas.

Yoga: unión con una divinidad impersonal
¿Qué es el Yoga? La palabra Yoga significa "unión", el objetivo del Yoga es unir el yo transitorio (temporal), "JIVA" con el (yo eterno) infinito "BRAHMAN", el concepto hindú de Dios. Este Dios no es un Dios personal, sino que es una sustancia impersonal espiritual que es uno con la naturaleza y el comos.
Brahman es una sustancia impersonal y divina que “impregna, envuelve y subyacente en todo”. El Yoga tiene sus raíces en los Upanishads hindúes que son anteriores al año 1000 a.C., y dice sobre el Yoga que “une la luz dentro de ti con la luz de Brahman”.

“Lo absoluto está en uno mismo” dicen los Upanishads Chandogya, “TAT TUAM ASI” o “ESO ERES TÚ”. Lo Divino habita dentro de cada uno a través de Su representante microcósmico - el yo individual- llamado Jiva.
En el Bhagavad Gita, el señor Krishna describe el Jiva como “mi propia parte eterna”, y afirma que “la alegría del yoga le llega al yogi que es uno con Brahman”.
En el año 150 a.C, el yogi Patanjali explicó las ocho vías que guían las prácticas del Yoga desde la ignorancia a la iluminación. Las ocho vías son como una escalera. Son:
- autocontrol (yama)
- práctica religiosa (niyama)
- posturas (asana)
- ejercicios de respiración (pranayama)
- control de los sentidos (pratyahara)
- concentración (dharana)
- contemplación profunda (dhyana)
- iluminación (samadhi).
Aquí es interesante observar que las posturas y los ejercicios de respiración, que frecuentemente son considerados en occidente como todo el Yoga, son los pasos 3 y 4 hacia la unión con Brahman.
El Yoga no es sólo un sistema elaborado de posturas y de ejercicios físicos, es una disciplina espiritual que pregona llevar el alma al samadhi, a la unión total con el ser divino. El samadhi es el estado en el que lo natural y lo divino se convierten en uno, el hombre y Dios llegan a ser uno sin ninguna diferencia. (Brad Scott: ¿Ejercicio o práctica religiosa? Yoga: Lo que el profesor nunca le enseñó en una clase de Hatha Yoga” en el Watchman Expositor Vol. 18, No. 2, 2001).
Cuando te citan la Biblia en clave panteísta
Este enfoque del yoga es radicalmente contrario al Cristianismo, en donde claramente hay una distinción entre Creador y criatura, entre Dios y hombre. En el Cristianismo, Dios es el “Otro” y nunca “el mismo”.
Es triste que algunos promotores del Yoga, Reiki o de otras disciplinas o meditaciones distorsionen algunas citas de la Biblia al citarlas aisladas para corroborar sus argumentos tales como: “sois templo de Dios” “el agua viva fluye en ti”, “estaréis en Mi y Yo estaré en vosotros” “ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi” etc. sin entender el contexto ni el significado de estas palabras de la Biblia.
Hay gente que retrata a Jesús incluso como a un yogui como actualmente podemos ver en imágenes de Jesús en conventos, capillas y presbiterios – ¡Jesús está representado en posturas de meditación de yogui!”

Decir que Jesús es “un yogui” es denegar Su divinidad, santidad y perfección intrínseca e insinúa que Él tenía una naturaleza imperfecta sujeta a la ignorancia y a la ilusión (Maya), y que necesitó ser liberado de su condición humana mediante la práctica y la disciplina del yoga.
El yoga es incompatible con la espiritualidad cristiana porque es panteísta (al decir "Dios es todo y todo es Dios"), y sostiene que existe una realidad única y todo lo demás es ilusión o Maya. Si sólo existe una realidad y todo lo demás es ilusorio, no puede haber ninguna relación ni amor.
El Centro de la fe Cristiana es la fe en la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas en un solo Dios, el modelo perfecto de relación amorosa.
El Cristianismo es todo sobre relaciones con Dios y entre los hombres. “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón con toda tu alma y toda tu mente. Este es el principal y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás al prójimo como a ti mismo” (Mt 22: 37-39). 

En el Hinduísmo, el bien y el mal, lo mismo que el dolor y el placer son ilusorios (Maya) y por lo tanto irreales. Vivekananda, el icono más respetado del Hinduismo moderno, decía: “el bien y el mal son uno y lo mismo” (Vivekananda. “The yogas and other Works”, publicado por Ramakrishna Vivekananda Centre NY, 1953).
En el Cristianismo, la cuestión controvertida del pecado como una ofensa contra la Santidad de Dios es inseparable para nuestra fe, porque el pecado es la razón por la que necesitamos un Salvador. La Encarnación, la Vida, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús son para nosotros medios de salvación, es decir, para liberarnos del pecado y de sus consecuencias. No podemos ignorar esta diferencia fundamental a la hora de absorber en la Espiritualidad Cristiana al Yoga y a otras técnicas de meditación orientales.
En el mejor de los casos el Yoga es una práctica pagana y en el peor es una práctica oculta.
Esta es la religión del anticristo (el hombre que se hace Dios) y por primera vez en la historia está siendo practicada frenéticamente en el mundo occidental y en América.
Es ridículo que maestros de Yoga lleven incluso una cruz o algún símbolo cristiano, engañan a la gente diciendo que el Yoga no tiene nada que ver con el Hinduismo y dicen que es sólo cuestión de aceptar a otras culturas. Otros han intentado enmascarar al Yoga con apelativos cristianos denominándole “Yoga Cristiano”.
Esta no es una cuestión de aceptar la cultura de otro pueblo, es una cuestión de aceptar otra religión que es irrelevante para nuestra religión y de conceptos religiosos.

Extendido en Occidente
Es una pena que el Yoga se haya expandido tan frenéticamente desde los jardines de infancia hasta todo tipo de instituciones de medicina, psicología etc. llamándose a si mismo ciencia cuando no lo es en absoluto; y se está vendiendo bajo la etiqueta de “terapia de relajación”, “auto-hipnosis”, “visualización creativa”,”centering”, etc.
El Hatha Yoga, está ampliamente difundido en Europa y en América como método de relajación y como ejercicio no agotador, es uno de los seis sistemas reconocidos del Hinduismo ortodoxo, en su es origen religioso y místico, y es la forma más peligrosa de Yoga (Dave Hunt, “the seduction of Christianity” página 110).
Recordad las palabras de San Pablo: “No os maravilléis, pues también Satanás se disfraza de ángel de luz” (II Cor 11: 14). Es cierto que mucha gente se ha sanado por medio del Yoga y de otras formas orientales de meditación y oración. Aquí es donde los cristianos deberían preguntarse a sí mismos si necesitan una sanación y beneficios materiales o a su Dios, Jesucristo en el que creen, y Quién es la fuente de todas las sanaciones y de la buena salud.

El deseo de llegar a ser Dios es el primer y el segundo pecado en la historia de la creación según está registrado cronológicamente en las Biblia: “Te decías en tu corazón: El cielo escalaré, encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono; en el monte de la asamblea me sentaré, en lo último del norte. Subiré a las alturas de las nubes, seré igual que el altísimo” (Is 14: 13-14). La serpiente le dijo a la mujer: "¡No, no moriréis! Antes bien, Dios sabe que en el momento en que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses conocedores del bien y del mal" (Gen 3: 4-5).
La filosofía y la práctica del Yoga están basados en la creencia de que el hombre y Dios son uno. Se enseña a poner el énfasis en uno mismo en lugar de en el Único y Verdadero Dios. Se anima a los que participan a buscar las respuestas a los problemas y cuestiones de la vida en su mente y en su conciencia en vez de buscar soluciones en la Palabra de Dios a través del Espíritu Santo, como sucede en el cristianismo. Se deja a uno, sin lugar a duda, expuesto al engaño del enemigo de Dios que busca víctimas a las que pueda arrancar de Dios y de la Iglesia (IPed  5: 8).
De la mística oriental a la Europa avergonzada de sí misma

En los últimos ocho años, he predicado la palabra de Dios principalmente en los países europeos que en tiempos fueron la cuna del cristianismo, y de donde salieron evangelizadores y misioneros, mártires y santos.
¿Podemos llamar a Europa cristiana ahora? ¿No es cierto que Europa ha borrado de su vida todos sus valores y conceptos cristianos? ¿Por qué se avergüenza Europa de reconocer sus raíces cristianas? ¿Dónde están los valores morales y la ética que desde hace siglos se practicaban en Europa y que fueron llevados a otras civilizaciones y culturas a través de la proclamación valiente del Evangelio de Cristo? ¡Por sus frutos conoceréis el árbol!
Yo creo que estas dudas y confusiones, la apostasía e infidelidad, la frialdad religiosa y la indiferencia han llegado a Europa a partir de que fueron introducidos en Occidente la mística y las meditaciones orientales, las prácticas esotéricas y las de la Nueva Era.

Del yoga a lo demoníaco
En mis retiros carismáticos, la mayoría de los participantes vienen con diferentes problemas morales, espirituales, físicos o psíquicos para ser liberados y sanados y para recibir una nueva vida mediante la fuerza del Espíritu Santo.
Con toda la sinceridad de mi corazón, puedo decir que entre el 80% y el 90% de los participantes han estado en el Yoga, el Reiki, la reencarnación, etc. que son prácticas religiosas orientales. Allí han perdido la fe en Jesucristo y en la Iglesia. En Croacia, Bosnia, Alemania, Austria e Italia he tenido casos claros en los que individuos poseídos por el poder de la oscuridad gritaban “Yo soy Reiki”, “Yo soy el Sr. Yoga”. Ellos mismos se identificaban a estos conceptos como si fueran personas mientras yo dirigía una oración de sanación por ellos. Posteriormente tuve que hacer una oración de liberación sobre ellos para liberarles de la posesión del maligno.

Hay personas que dicen: “no hay nada de malo en la práctica de estos ejercicios, basta con no creer en la filosofía que hay detrás”. Sin embargo los promotores del Yoga, Reiki, etc, afirman claramente que la filosofía y la práctica son inseparables.
Por eso un cristiano no puede en ningún caso aceptar la filosofía y la práctica del yoga, ya que el Cristianismo y el Yoga son dos puntos de vista que se excluyen mutuamente. El Cristianismo ve al pecado como el principal problema del hombre, lo considera como un fracaso a la hora de ajustarse tanto a los estándares como al carácter de un Dios moralmente perfecto. El hombre está distanciado de Dios y necesita la reconciliación.
La solución es Jesucristo “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” . Por la muerte de Jesús en la cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo. Ahora llama a los hombres a recibir en libertad todos los frutos de su salvación sólo a través de la fe en Cristo.
A diferencia del Yoga, el Cristianismo ve la redención como un regalo gratuito que sólo puede ser recibido y nunca ganado o alcanzado a través del propio esfuerzo o con obras.
Lo que se necesita hoy en Europa y en muchos sitios es la proclamación enérgica del mensaje de Cristo que viene de la Biblia y que es interpretado por la Iglesia para evitar dudas y confusiones que se difunden en Occidente entre muchos cristianos, y llevarles al Camino, la Verdad y la Vida: Jesucristo. Sólo la verdad puede hacernos libres.
James Manjackal, nacido en Kerala, India, es Misionero de San Francisco de Sales; su web en español eshttp://www.jmanjackal.net/esp/esp.htm 

Versículo del Día 1/24/11

El Señor dijo:Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al fuerte; sólo entonces podrá saquear su casa. Marcos 3:22-30


Oración: Señor, cuando una familia permanece unida en la fe, es difícil que entre el mal a destrozarla. La cabeza de familia debe ser firme y fuerte. Debe enseñar su fe y ser ejemplo para todos los que le rodean. Hoy quiero orar por aquella persona que es el jefe del hogar. Te pido que l@ mantengas firme en su fe y sea un ejemplo para todos los que están cerca de el/ella. Dale mucha fortaleza.

domingo, 23 de enero de 2011

Sin Cantidad No Hay Calidad

No hay duda que la inmensa mayoría de los padres aman intensamente a sus hijos. Pero por qué se dice que cada vez hay más "hijos huérfanos de padres vivos"? Algo que ha minado mucho el amor que se les da a los hijos ha sido el creer que la calidad de nuestra dedicación es lo único importante. Pero calidad sin cantidad no sirve.
"Los hijos necesitan muy poco, pero lo poco que necesitan lo necesitan mucho". Lo que más necesitan es saberse muy importantes para sus padres. Y es nuestra presencia la que les dice que lo son. Lo grave es que si no estamos suficientemente presentes en sus vidas nos vamos a perder los momentos más exquisitos y edificantes que nos ofrece el proceso de criarlos, de verlos crecer, luchar y gozar. Pero no dejaremos de vivir y sufrir con sus penas y dificultades, muchas de ellas el resultado de no haberse sentido suficientemente amados por nosotros. Como quien dice, nos perderemos de lo bueno pero de todas maneras nos tocará lo malo.
Mientras que el mundo cambia pero no se termina y siempre nos ofrece nuevas actividades y oportunidades, el tiempo de que disponemos para gozar la niñez de nuestros hijos sí se acaba y pronto. Nuestra dedicación a estar con ellos es clave para fortalecer nuestros vínculos de amor. Así que, si el tiempo es corto, no lo desperdiciemos haciendo muchas cosas para comprar el amor de los hijos que recibiremos gratis si nos dedicamos a ocupar un primer lugar en su corazón. 
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